Diario del ciclista secreto en la Vuelta: Alta montaña, segundo asalto

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Foto: A.S.O./Charly Lopez

El ciclista secreto se pone el mono de escalador. Por segunda vez. Y espera que con mejor resultado que en la primera jornada. La Vuelta a España de 2021 entra en el terreno más tradicional de la carrera: jornadas con final en alto y con montaña exigente. Algo que siempre abunda y que también lo hará este año, pero que hasta ahora no ha sido un factor predominante.

La etapa de la Manga del Mar Menor sirvió para repetir el esquema de otros días: en tensión todo el puñetero día por culpa de un viento que no soplaba. Sabíamos que a poquito que hubiera soplado con fuerza, se habría liado una bien gorda. Incluso Astaná hizo un amago. Pero de donde no hay, no se puede sacar. Así que fue un día más de tensión… sin resultado final.

Una cuestión que me hace gracia es leer en redes sociales que la escapada en días como el de ayer la pilla cualquiera. A ver, seamos serios en los dos lados y pongamos un poco de claridad en la cuestión. Cualquiera no está en la fuga de una etapa de la Vuelta a España. Para empezar, eso te obliga a ser ciclista profesional. Además, también te obliga a ser uno de los ocho mejores -o más en forma- corredores de Burgos-BH, Caja Rural-Seguros RGA y Euskaltel-Euskadi. Os recuerdo que esas plantillas tienen 20 ciclistas y que solo ocho corren la Vuelta. ¡Hay bofetadas para ser uno de los elegidos!

A partir de ahí, es cierto que son días en los que no hay mucha tensión para filtrarse en la fuga. Ese no es el problema. El verdadero problema es que meterte en la fuga te obliga a rodar durante 140 kilómetros a más de 40 kilómetros por hora con solo dos compañeros para que te den relevos y con la guillotina moral de ver que el pelotón no te deja ni hacerte la ilusión de pensar por un segundo que puedes dar la sorpresa. Cumples con el ritual de dar minutos de televisión al patrocinador. Y eso es lo más importante.

Los que creen que eso es sencillo… y que lo puede hacer cualquiera olvidan una parte importante de la fuga. Al día siguiente te sientes vacío. Has gastado mucho. Y tienes que superar otra etapa, y otra etapa más, y otra etapa más… Y ojo porque en este caso es el día de Velefique. Por eso mismo es por lo que muchos no quieren buscar la escapada. No tienen miedo al reto de ir en solitario durante muchos kilómetros… Tienen miedo a tener que resistir el día después y pasar una jornada de pura miseria.

Y, por último, una reflexión a los críticos de los corredores que buscan esas fugas: un buen aficionado -y una persona en general- no debería criticar una cosa y la contraria. Es decir, no podemos decir que hay pocos ataques en el ciclismo moderno y censurar al que lo intenta desde lejos -como los tres valientes de ayer- o incluso desde cerca -como lo probó Jetse Bol a 2 kilómetro del final-. Si somos coherentes, los que merecen una crítica son todos esos corredores que están en la Vuelta y que pasarán los 21 días sin dejarse ver, sin mostrar sus patrocinadores, sin intentar la aventura… En otras palabras, el problema no es que ayer solo atacaran los equipos ProTeam españoles porque era un día fácil y previsto para el sprint. El problema es que todos los demás estuvieron escondidos sabiendo que si hay sprint, gana un Deceuninck. Esos son los que merecen la censura, los que se mantienen en el anonimato del pelotón y los que se van de rositas en redes sociales.

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