Martí Márquez (Lizarte): «He sacado partido al entrenamiento y al descanso»

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Foto: Oskar Matxin

Es uno de los pesos pesados en el grupo del equipo Lizarte, y lo seguirá siendo por lo menos durante el próximo año. Martí Márquez (1996) ha cumplido su última temporada como sub23 en la escuadra navarra. Y la ha cerrado con la victoria en el Torneo Euskaldun, una prueba que premia la regularidad tanto en participaciones como en clasificación para los ciclistas sub23.

Márquez valora un año en el que ha empezado a adquirir «responsabilidad en las carreras». De hecho, la idea de disputar el Euskaldun venía desde principios de temporada: «Juanjo (Oroz) me dijo que estaría bien disputar Euskaldun o Lehendakari. Empecé bien los dos, pero me centré a medida que avanzaba el año. De primeras me dijeron que fuese sumando pero sin cogerlo como objetivo, porque podía coincidirnos con las vueltas. Cuando volví del Giro vimos que el calendario cuadraba, planificamos y me dijeron que lo disputase ya con todo», rememora el catalán.

Y para poder estar a tope durante un torneo puntuable que se alarga por toda la temporada, la planificación es fundamental. Cuadrar las carreras, descansar para que la exigencia de la temporada no acabe con las fuerzas del organismo. Márquez reconoce que lo llegó a pasar mal: «Llegué del Giro sub23 cansado, y luego teníamos el Campeonato de España y dos carreras de Euskaldun. Me noté muy fatigado y me dijeron de descansar. Había que sacrificar algunas carreras para centrarnos en otras. Como ciclista, uno siempre quiere correr, correr y correr. Pero no es sólo eso. Es la preparación, los desplazamientos… a veces nos quedamos en Pamplona, pero otros días volvemos a Barcelona y eso desgasta. Muchas veces también es un descanso mental, más que físico».

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Martí Márquez, ganador. Foto: Lizarte / Oskar Matxin

Pero no es sólo cuestión de la preparación física. También tiene que ver el equipo alrededor. Y para eso, Martí está convencido de que Lizarte es el mejor lugar en el que se podría encontrar: «Cada uno sabe su rol, sabes que tendrás oportunidades pero hay carreras con las que nos centramos en un corredor. En muchas vueltas ayudaba yo a otros. Si llega el sprint y hay que ayudar al compañero se hace, como en la Copa con Soto. No duele tirar para él, porque él te lo va a pagar en otra carrera. Incluso en el Euskaldun, cuando sabíamos que había sprint y yo no puntuaría, trabajaba para ganar la carrera con alguien que se adapte mejor a ese terreno», dice.

Y es que en la filosofía del equipo navarro, aprender y mejorar siempre es una obligación. Márquez lleva ya cuatro temporadas en sus filas y sabe perfectamente cómo trabaja: «Siempre hay que aprender. Cuando hacemos buena carrera siempre nos dicen que bien hecho, pero hay que seguir mejorando. Y si fallamos, vemos el error y lo encontramos para que no se repita. Pero no hay pique ni faltas de respeto, sino más bien una puesta en común. Todos nos podemos equivocar. Lo importante es limitar posibles reiteraciones».

Más allá del Euskaldun, por supuesto, Márquez se queda con la experiencia del Giro sub23. Y coincide con su compañero Iñigo Elosegui: el ‘chip’ mental cambiaba radicalmente. «Juanjo y el resto del equipo técnico nos enseñaron a no pensar en lo que queda ni lo que llevamos, sino en el día siguiente«, explica el catalán. Y es que mirar demasiado hacia delante o para atrás podía suponer un problema: «Llegó un momento en que sólo pensábamos en que había un compañero delante en la general».

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Y además de la cabeza, la alimentación se convirtió en un pilar básico para pasar la ‘gran vuelta’ sub23 del conjunto navarro: «Nos dijeron que era muy importante, pero en una carrera de 11 días el hecho de comer bien da un plus increíble. Si no lo haces, el cuerpo acaba diciendo basta. Establecimos una rutina. Correr, comer y descansar. Sobre todo, descansar», recuerda.

Precisamente la alimentación se ha convertido en algo que quiere mejorar, aunque él ya tiende a cuidarse por sí mismo: «Me puedo permitir un capricho en pretemporada, pero hay que seguir cuidándose. Hay gente que en invierno su mentalidad es comer y comer y eso lastra parte de su rendimiento a principios de temporada». Y en este 2019 quiere convertirla en su punto fuerte: «Cada año vamos puliendo detalles y aprendiendo, pero creo que es un área a seguir trabajando. Y además, me gusta. Ya no por rendimiento, sino por bienestar«.

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Foto: Equipo Lizarte

Si tiene que destacar lo que ha mejorado en este año que termina, es la planificación: «Cuando sabes que vas a correr mucho, la cabeza también se prepara. He hecho 59 días de competición y he sacado más partido al entrenamiento y al descanso. Me ha servido muchísimo«. Y ahora, con lo aprendido y lo que quiere aprender, afronta un 2019 de ilusión con el objetivo de ganarse un hueco. Algo que hasta ahora no ha tenido la oportunidad, pero tampoco le obsesiona: «Hay gente que se pone nerviosa si no tiene ofertas. Yo no, no me obsesiona. Cada progresión es un mundo y sé que puedo seguir mejorando y estoy en un gran sitio para hacerlo», argumenta.

Todavía tiene que definirlo con sus técnicos, pero la Copa de España le llama la atención: «Voy a ser élite el año que viene y como objetivo, me gustaría. Ya he visto que el equipo puede ganarla y quisiera estar delante. Y otro que tengo ahí es la Vuelta a Navarra, es la de casa, la del equipo y además me encanta. Me fijo mucho en Soto y para esa primera parte del año me encantaría llegar ahí, Copa y hasta Navarra. Luego hacer un parón y, de cara a fin de temporada, volver a plantearlo con el equipo. Pero todavía está todo muy por hacer hasta que empiece el año«. Mientras llega la hora de ponerse el dorsal, Martí Márquez sigue preparándose y creciendo con paso firme y seguro.

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