BMC y Greg Van Avermaet: Nunca más digas nunca

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Van Avermaet, rey del adoquín. Foto: Tim de Waele / BMC Racing Team

Greg Van Avermaet creía que nunca ganaría una París-Roubaix. Tras levantar su primer adoquín al cielo del velódromo y, de paso, su primer Monumento, el ciclista belga recordó su primera vez en el Infierno del Norte, cuando pensó que un triunfo de esta magnitud le quedaba muy lejos.

Varias primaveras después y especialmente tras completar todos los triunfos y podios posibles, aquella reflexión consigo mismo se quedó en un efímero recuerdo.

A día de hoy, el campeón olímpico de ruta en Río 2016 ya forma parte de la leyenda por un solo motivo: porque no ha dejado de ganar.

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Van Avermaet, al ataque. Foto: Tim de Waele / BMC Racing Team

Atrás quedan sus golpes al manillar cuando Fabian Cancellara le sorprendió en el Tour de Flandes de 2014, e incluso más recientemente la caída que evitó tras el enganchón de Peter Sagan con la valla –o una chaqueta- cuando muy probablemente podría haber dado caza a Philippe Gilbert y haber adelantado siete días su primer gran triunfo monumental.

Un ciclista que ha sido capaz de ganar a sus rivales y también a las eventualidades en forma de peros, más segundos puestos de la cuenta y a su propio destino. ¿Acaso Van Avermaet pensó que podía ser medallista olímpico en Río cuando Vincenzo Nibali y Sergio Henao se fueron al suelo cuando estaban solos agarrando los metales? El azar se alió con él para que unos pocos kilómetros más tarde diera caza al fugado Rafal Majka y se impusiera con la máxima autoridad a Jakob Fuglsang.

Los triunfos, si bien ya los estaba coleccionando y acaparando antes de esos Juegos Olímpicos, no han dejado de acompañarle desde entonces, colocando en cada portada y siempre en primera línea a la marca de bicicletas que da nombre a su equipo.

Las BMC como bicis y como equipo propio ya han conquistado todo o casi todo lo conquistable: El Tour de Francia de Cadel Evans, el Mundial de ruta con Philippe Gilbert, el Mundial de equipos contrarreloj y desde la explosión definitiva de Greg Van Avermaet, la mejor colección posible de clásicas del Norte.

Para completar esa colección muy difícilmente mejorable, las BMC GranFondo GF01 dejaron su sello sobre el pavés camino de Roubaix. Primero con la estampa de Daniel Oss, posteriormente con el italiano vaciándose por su líder y finalmente cuando el propio Van Avermaet abrió gas en el Carrefour de l’Arbre y remató a Zdnek Stybar en el velódromo.

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La GranFondo se retira en lo más alto. Foto: Tim de Waele / BMC Racing Team

Unos modelos que se despiden en lo más alto y en el mejor escenario posible, porque a las BMC Teammachine SLR01 todavía les quedan grandes éxitos por conquistar, ya sean del propio Van Avermaet, de Tejay Van Garderen en el próximo Giro de Italia o de Richie Porte intentando batir a Chris Froome, Nairo Quintana o Alberto Contador en el Tour de Francia.

Cada modelo de BMC en cualquiera de sus versiones ya tiene una foto ganadora. Ahora sólo falta ponerles más nombres a las grandes victorias que todavía están por llegar. Y es que ya sea en la Teammachine o en la más aerodinámica Timemachine, Greg Van Avermaet nunca más debe volver a pensar que un Monumento se le puede resistir.

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