Giro de Italia: 21 días de reajuste

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Foto: Luca Bettini/BettiniPhoto©2019

Tres semanas, dos días de descanso y 21 días de competición. Así forman el Giro de Italia, el Tour de Francia y la Vuelta Ciclista España las tres grandes competiciones de la temporada. Pero, ¿te has llegado a preguntar algún día por qué son 21 días?

Maxwell Maltz (1889 -1975), un reconocido cirujano plástico de la Universidad de Columbia en la década de 1950, empezó a darse cuenta de un patrón que seguían sus pacientes: se requiere de un mínimo de 21 días para que una imagen mental establecida desaparezca y cuaje una nueva. Según Maltz, no actuamos y sentimos de acuerdo con la realidad, sino a la imagen que nos hemos formado de ella.

Los hábitos, buenos o malos, se moldean del mismo modo. La imagen que las personas tienen de sí mismas y las conductas que han creado guardan estrecha relación entre sí. Al cambiar la imagen, seguramente cambiarán los hábitos.

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Foto: LaPresse – D’Alberto / Ferrari / Paolone / Alpozzi

Este patrón, llevándolo al contexto de una competición de un período de 21 días, hace que la conducta de cada individuo se vea influenciada de distinta manera. Rescatemos a algunos ciclistas que han estado en el Giro de Italia de este año, y analicemos desde lo que han transmitido, la conducta psicológica que han podido vivir, cómo les ha influenciado y cómo podrían haberla manejado.

MOVISTAR TEAM: MIKEL LANDA & RICHARD CARAPAZ

Destaco al equipo, por la labor que han hecho, por la gestión de liderazgo que han llevado a cabo y por la imagen que han transmitido. Partían con la idea de liderar con Mikel Landa, pero sabían que la baza de Richard Carapaz podría también ser interesante. El alavés perdió cedió 1:07 en la crono de la primera etapa. Además, en la cuarta etapa, aquella que ganó su compañero, se vio involucrado en una caída y volvió a perder tiempo, alejándose aún más de los favoritos.

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Foto: LaPresse – D’Alberto / Ferrari / Paolone / Alpozzi

Landa ha tenido que estar reajustando objetivos casi en todas las etapas, no sólo a nivel interno, sino también en el externo, ya que excepto en la tercera etapa, Richard ha estado en el resto de los días por delante de él en la clasificación. No es fácil digerir algo así y, más, cuando terminas el Giro peleando por el pódium y terminando a tan sólo 10 segundos del tercero. Se ve que ha ido de menos a más, sin perder la confianza en sí mismo, pero de alguna forma aprendiendo a aceptar que el rival pero al mismo tiempo compañero lo tenía en casa.

Eso hace que tengas que valorar hasta qué punto cedes para colaborar o luchar tus cartas. En ese sentido, ha transmitido saber solventar la situación adecuadamente. Habría que saber cómo lo ha vivido internamente, pero la adaptación al cambio de roles ha sido ejemplar. Y este hecho no es nada agradable cuando la razón no es que no andas y lo único que te queda aportar es colaboración a tu compañero, sino cuando uno se siente fuerte pero encima el otro es mejor.

Por otro lado, el joven corredor ecuatoriano llegaba con el rol de gregario a la ronda Italiana lo que le ha podido quitar la presión y aprovechar sus oportunidades cuando Landa no ha estado al nivel de los favoritos. Después de haber sido 4º el año pasado, de conseguir ser segundo mejor joven en la ronda italiana tras López y ganar una etapa, Carapaz aterrizaba en Italia siendo a sus 25 años una apuesta de futuro y presente.

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Foto: BettiniPhoto / Movistar Team

Y así ha demostrado ser. No ha fallado ningún día, ha sabido ser respetuoso con todo el pelotón y ha jugado su baza. Tampoco es fácil gestionar a nivel de cohesión de equipo todo esto, cuando uno es el joven y teniendo a jefe de filas a alguien como a¡Landa, llegues y coloques deportivamente a cada uno en su sitio. El impacto que puede tener eso, según cómo llegue y afecte al contrario, rival o compañero puede generar desajustes.

De todas formas, no sabemos cómo lo han vivido cada uno ni cómo lo han vivido dentro del equipo, pero transmitir, han transmitido profesionalidad y entrega. Esto último es fundamental, para volver a evitar esas emociones enquistadas y no liberadas que tanto daño hacen en el futuro.

VINCENZO NIBALI

El Tiburón del Bahrain Mérida ha sido el ciclista más veterano de los favoritos y el único corredor que sabe lo que es ganar las tres grandes vueltas: Giro (2013, 2016), Tour (2014) y Vuelta (2010). Atesora veteranía, calidad no le falta y el único ‘pero’ puede ser su edad: sus 34 años. Aun así, ha demostrado que eso no le ha pesado más de la cuenta.

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Foto: LaPresse – D’Alberto / Ferrari / Paolone / Alpozzi

Afirmaba que llegaba en su mejor estado de forma. El Squalo ha sido una vez más ambicioso, y sabe manejar una carrera de tales características tanto a nivel físico como psicológico. Es una persona que personalmente me transmite que tiene una autoconfianza muy potente y sana, basada primeramente en el autoconocimiento de él mismo como persona y como ciclista. Ha estado a la altura en las cronos y ha sabido defenderse en la montaña, de ahí el merecido segundo puesto en el pódium.

PRIMOZ ROGLIC

El ciclista esloveno ha sido una de las revelaciones de la temporada y llegaba como el gran favorito a la victoria final en el Giro de Italia. Había disputado esta temporada tres vueltas por etapas y las tres las había ganado: UAE Tour, Tirreno Adriático y Tour de Romandía. Es uno de los ciclistas más completos en la actualidad: gana subiendo, en contrarreloj y al sprint en grupos reducidos. En 20 días de competición había logrado 5 triunfos de etapa. Así mismo, llegaba de tener la experiencia de correr una gran vuelta, siendo el año pasado 4º en el Tour de Francia.

Todo esto genera expectativas, como mínimo en el exterior, habrá que saber internamente como lo vivía él. Se ha mostrado como bien han recalcado distintos periodistas y medios, como una persona fría, discreta y distante, pero no sabemos si esa es su forma de ser o si es un mecanismo de defensa que él tiene para protegerse y no mostrarse tal y como vive la carrera. Es decir, puede ser un beneficio que el encuentra en esa manera de mostrarse para no dar señales de su estado emocional.

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Foto: Cor Vos / Team Jumbo-Visma

Las expectativas se cumplían cuando ganaba la primera etapa, se vestía de rosa, lograba una segunda etapa en la segunda crono y marcaba diferencias importantes respecto al resto de los favoritos. Era el más fuerte pero Roglic tenía que ganarlo sin compañeros. En la montaña sólo quedaba él cuando la carrera se ponía decisiva. Además tuvo que presenciar como coincidía un fallo mecánico suyo con la no llegada del director para la asistencia. De ahí que el Movistar se hiciera cargo de su bicicleta.

También se cayó y vio como la tercera semana no era el Roglic imparable de la primera semana. La última etapa se jugaba el pódium en una disciplina adecuada a él, y si, lo logró, pero no destacó como nos tiene acostumbrados. ¿Cómo gestiona uno ser el gran favorito dentro de los favoritos? ¿Cómo digieres que puedes ganar el Giro, porque eres el más fuerte, pero en un todos contra ti, ver que es difícil conseguir ese primer puesto?

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ

Uno de los pocos ciclistas menores de 25 años (tiene 24 años) que llegaba a Italia con la ilusión de lograr la victoria. Además, era la única esperanza colombiana (tras la baja de Bernal) en volver a ganar el Giro cinco años después de que lo ganara Nairo Quintana. Quieras o no, eso es un añadido que hace que la mochila de presión pese un poco más.

Durante tres semanas, se puede decir que ha sido el corredor más irregular de los favoritos. La primera etapa fue una crono donde Miguel Ángel defendió una bonita cuarta posición a 28 segundos del ganador. Las cosas encaminaban bien hasta que “la mala suerte me hizo pasar una mala jugada”, tal y como lo ha dicho el corredor refiriéndose a los pinchazos, fallos mecánicos y el encontronazo con aquel aficionado que lo tiró.

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Foto: Getty Images / Astana Pro Team

Todos estos hechos generan rabia y esa emoción hace que tu conducta se pueda convertir en algo impulsiva tal y como se pudo apreciar, al menos desde mi punto de vista, en la etapa del Mortirolo donde se quedaba, entraba de nuevo en el grupo de los favoritos, atacaba, le cogían, se volvía a quedar y finalmente llegaba a meta perdiendo algunos segundos. Aun así, he de destacar su manera de reajustarse cuando declara una y otra vez: “Ha sucedido así….. Queda mucho Giro por delante y no vamos a desmoralizarnos por lo de hoy. Hay que seguir, salud no ha pasado nada. Lo importante es que hay otras etapas más duras y habrá que intentarlo”.

SIMON YATES

El británico llegaba a la carrera siendo consciente del dominio de la edición del 2018 donde ganó tres etapas y fue líder durante casi toda la carrera. Pero, al mismo tiempo, tendría en su recuerdo que acabó acusando la presión y el desgaste, el cual hizo que no alcanzara su objetivo. Tras el aprendizaje sacado del 2018, este año llegaba con 20 días de competición (cinco menos que el anterior). Llegaba más fresco tanto a nivel físico (quizás para que la carrera no se le hiciera larga cono ocurrió un año antes) como al nivel psicológico.

Esa frescura mental, desde mi punto de vista, le pecó de prepotencia y dejó florecer su ego con declaraciones como: “Llego con la sensación de tener un negocio inacabado con la maglia rosa. Si me preguntan por quién me parece el máximo favorito digo que yo, sin reparos y con confianza. Desde hace 12 meses planeo la forma de mi venganza, una manera de alcanzar mi sueño. Si fuera mis rivales y me tuviera de enemigo para este Giro, seguramente estaría cagado de miedo. Confío en alzar el título en Verona. No me preocupan las tres cronos. He preparado la disciplina durante el invierno. También trabajé con mi explosividad y continúo en la élite de los escaladores”.

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Foto: Getty Images / Mitchelton Scott

Todo esto, ha tenido que irse reajustando durante las tres semanas y ha tenido que ir digiriendo sus propias palabras. El estado físico no lo ha acompañado como esperaba y es el psicológico en esos momentos cuando más te puede ayudar a regular la situación o el que aún más te puede hundir. Son muchos meses de trabajo, de estar anclado en la última experiencia de esta carrera y es la ambición la que a veces nos hace jugar malas pasadas.

Mi pregunta sería: ¿Cómo ha entrenado Yates la parte psicológica durante esos 12 meses? No es fácil visualizar que te ves ganador y luego verse dónde ha estado él en carrera. La gestión de las fuerzas, las marca el propio cuerpo (si no hay motor como para ir con los favoritos, el propio cuerpo te coloca con el grupo que va acorde a tu rendimiento), pero ¿qué pasa con la lectura mental de esa situación?

TOM DUMOULIN

El neerlandés ha demostrado ser un corredor muy completo en todos los terrenos, y llegaba a la ronda italiana habiendo conseguido ser en el 2018 2º en el Giro y 2º en el Tour. Este año también apostaba por la general, pero ha sido el mayor desafortunado de los favoritos, cayéndose en la cuarta etapa y teniendo que despedirse en la quinta, tras intentar pelear por seguir. De todas formas, las expectativas hacia él eran elevadas y que no ganara en la primera contrarreloj ya generó alguna duda.

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Foto: Getty Sport

En la cuarta etapa, tras la caída llegaba a meta perdiendo 4 minutos y 30 segundos. Es ahí cuando la gestión de los hechos se controla desde la mente. Me atrevo a simular algo que seguramente le pasaría por su mente: “He perdido mucho tiempo, ya he perdido las posibilidades de lograr mi objetivo, no sé si podré salir mañana, ¿me retiro?, ¿reposo, me recupero y me preparo para el Tour?”.

Todos esos pensamientos forman el auto diálogo interno que ha sido generado por la situación inesperada. Uno empieza a sentirse inseguro y el duelo de ver que has perdido todo un trabajo en cuestión de segundos, es un trago que hay que solventar, porque, además, no has podido ni siquiera demostrarte a ti mismo ni a los demás hasta dónde podrías haber llegado o cómo estabas en la lucha con los favoritos en la montaña. Ese punto de frustración y reajuste emocional es la que se debe de hacer correctamente para que en la participación del Tour de Francia no sean emociones enquistadas y te hagan correr de una forma impulsiva debido a la experiencia del Giro.

CONCLUSIONES

Como veis, vuelve a quedar clara la importancia que tiene la preparación mental. La salud física y la psicológica van de la mano, y por muy preparado que se sienta uno, las circunstancias de carrera son tan cambiantes que varían el estado anímico. Cada etapa es un reto a nivel emocional el cual obliga a nuestra parte tanto inconsciente como consciente a reajustar objetivos día tras día. A veces, sin demasiado aviso, las cosas empiezan a ponerse mal, y quizás en realidad no te detengas, pero mentalmente eches la toalla; bajas el ritmo o dejas que el otro corredor se vaya porque te resulta difícil ir a su lado.

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Foto: Bettini / Movistar Team

Hay momentos en los que aún queda combustible en el depósito, pero tu mente ya te transmite que no quedan fuerzas y no te deja ver ni siquiera qué queda de fortaleza. Sólo quieres que todo se detenga. Es ahí cuando la discusión en tu cabeza sube de tono: ciertas partes de tu cerebro intentan hacer un trato con otras partes para evitar echarte atrás o permitir a tu cuerpo bajar el ritmo. Sin embargo, he de decir que nuestro cerebro está configurado para afrontar siempre el debate mental ya que una de las principales tareas que tiene es mantener la paz interna.

Eso se logra cuando tu brújula física, psicológica y emocional está bien calibrada. Pero, ¿cuántos días hacen falta, entonces, para calibrarla? Pues parece que 21.

Finalmente, recuerda que la vida no es lo que te pasa, sino la interpretación que tú haces de lo que te pasa.

Psicología y Coaching deportivo