El Giro de Italia, frente a una difícil encrucijada

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Trofeo del Giro d´Italia

El Giro de Italia se encuentra en una situación muy complicada. Es cierto que son muchas las carreras suspendidas o aplazadas para 2020. Pero el gran drama de la carrera italiana es que necesita tres semanas libres dentro de un calendario saturado. Ahora mismo, todas las opciones están abiertas para una prueba que vive en una complicada encrucijada.

El Giro de Italia se aferra lo máximo posible a que la organización se celebre antes de la llegada del verano. Sin embargo, el país decidió el sábado incrementar la dureza del confinamiento después de cifras pavorosas de fallecimientos, con más de 2.000 muertos en las últimas 72 horas, para sumar un total de 5.475. El pico de la crisis del coronavirus no ha llegado, por lo que no hay muchos motivos para el optimismo. Eso sí, los datos del domingo son los primeros en los que se ve un descenso en el crecimiento de fallecidos y de ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos. Un punto para la esperanza.

RCS ha planteado a los equipos su plan: comenzar el Giro de 2020 el 29 de mayo y realizar las tres semanas de la carrera en territorio italiano, puesto que la salida de Budapest no va a ser retomada. Con ese plan, la prueba finalizaría el 21 de junio. El Giro se solaparía con otras dos citas WorldTour: Dauphiné (31 mayo-7 junio) y Suiza (7-14 junio). Los equipos tienen ese plan encima de la mesa, pero sinceramente no lo consideran viable. Muchos de ellos están mirando hacia otoño como la opción más probable, también la Unión Ciclista Internacional que tuvo que salir al paso para desmentirlo.

La promoción del Giro 2020:

El problema en otoño es que hay muchas competiciones. La Vuelta a España no finaliza hasta el 6 de septiembre. Y el Mundial se disputa el 27 de septiembre (21 días más tarde), sin olvidar que el IlLombardía se corre el 10 de octubre (menos de 15 días más tarde). Con esas fechas, resulta imposible colocar una cita de 23 días (contando dos días de descanso).

Una hipótesis apunta a que el 12-13 de septiembre se puede correr Milán-San Remo, es decir, una semana después de la Vuelta a España. El siguiente fin de semana, 19-20, también habría hueco para alguna clásica de primer nivel. El Giro, por su parte, se celebraría justo después del Mundial y obligaría a desplazar Lombardía al último fin de semana de octubre para seguir siendo la última gran carrera del año, con la ronda transalpina centrada en territorio italiano y con únicamente 14 días, una opción que no gusta a la organización.

El resumen del Giro de Italia 2019:

La realidad a día de hoy es que todo el calendario mundial está en el aire y no hay certezas de ningún tipo. El futuro de pruebas como Tirreno-Adriático en 2020 puede ser negro sin que eso signifique un verdadero drama para los organizadores ni para los equipos. RCS y todos los conjuntos del mundo están interesados en salvar las joyas mediáticas: Milán-San Remo, Strade Bianche y Giro de Italia. Pero un simple vistazo certifica que no hay hueco para tantas carreras en tan pocas semanas.

La posibilidad cada vez más cercana de aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio (24 julio-9 a agosto) añaden más incertidumbre al futuro. Queda libre un período amplio desde el final del Tour (19 julio) hasta el inicio de la Vuelta a España (14 agosto), menos de cuatro semanas, y ese final de julio y agosto podría ser muy bueno pensando en las audiencias televisivas. Pero también supone dificultades logísticas de primer nivel y es un indicio claro de que un Giro en junio, con Dauphiné y Suiza, es cada vez más inviable.

Sea cual sea la decisión final, ahora mismo pensar en un Giro de tres semanas resulta realmente complicado. Los meses de septiembre/octubre parecen ser la mejor opción… si no hay Juegos Olímpicos en otoño. Y 14-15 días, la alternativa más viable.

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