Destino: Temporada 2020. ¿Ubicación?

Destino: Temporada 2020. ¿Ubicación?

Foto: Photo Gomez Sport / Movistar Team

Llegó el mes de noviembre, para muchos y muchas momento de saltar de cabeza a la piscina de la pretemporada, a no ser que ya estéis nadando en ella. Como bien dice la palabra, (pre)temporada: trabajo previo que se ejecuta para llegar bien a la temporada.

En general, momento de juntarse con el o la nutricionista, el o la preparadora física, reunirse con los y las directoras, conocer a nuevos y nuevas compañeras, probar talla de bicicleta, ropa nueva… En resumidas cuentas, época de planificar y ultimar detalle para que no falle nada o mejor dicho, no falte nada en el rendimiento futuro.

En lo que a la preparación psicológica se refiere, es una fase muy importante. Parece que como no se compite, el trabajo mental no tiene tanto peso en ésta época del año, pero, querido lector, estás equivocado. Todas esas reuniones que mencionaba al principio están llenos de una palabra: objetivos. La nutrición, la preparación, el calendario… todo va a depender de qué objetivos se marquen de cara a la próxima temporada. Una vez definido lo que se quiere conseguir, se comienza a planificar el resto: pico de forma, cuando descansar, dónde y cuándo hacer entrenamiento en altura, etc. Pero en cuanto al trabajo psicológico, comenzar definiendo objetivos del 2020 es un grave error. No voy a negar que es lo habitual y lo que se suele hacer, pero déjame que te cuente.

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Foto: Photo Gomez Sport / Caja Rural-RGA

Como bien dice el título de éste artículo, el deportista, normalmente, suele saber cuál es el destino al que quiere llegar en 2020: estar en el Giro de Italia, llegar bien a la Quebrantahuesos, preparar bien la Copa de España, etc. El destino suele estar claro, pero ¿cuál es tu punto de partida? Es esa respuesta la que hay que trabajar primero, para luego, una vez conozcas dónde estés, definas y concretes a dónde quieres llegar.

Aprovechando la metáfora del GPS, si uno sabe a dónde quiere llegar pero no de dónde sale, el camino al lugar de destino puede ser muy enrevesado, largo o incluso corto para quien acierte. Pero es un constante trabajo de intuición. Sin embargo, si dedico primero tiempo a detallar cual es el lugar en el que me encuentro, elegir el viaje a mi destino va a ser un trabajo más sencillo, claro y seguro. A nivel psicológico, cuanto más controlado tengas todo, más confiado te vas a sentir con lo que hagas.

Para trabajar esa parte de la “ubicación”, previamente, hay que retroceder un poco al pasado. Es fundamental tomar conciencia de cómo se ha cerrado la temporada anterior, el 2019 en este caso. La experiencia me ha hecho ver lo importante que es esto último, ya que, según cómo hayas cerrado tu temporada pasada, la siguiente la comenzarás de distinta manera. Es decir, por ejemplo, si una persona pasó el 2019 en blanco por una lesión, comienza la pretemporada del 2020 con tantas ganas para darle la vuelta a la experiencia pasada, que esa sobreactivación hace que tenga lesiones como roturas fibrilares, dolores de rodilla…

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Foto: Getty Sport

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Foto: LaPresse

En el caso del que ha tenido un año horrible en cuanto a resultados y no ha dado su mejor versión, intenta borrarlo lo antes posible y comienza el 2020 con esa carga de tener que darle la vuelta a lo anterior como sea. O por el contrario, alguien que ha destacado, ha tenido un año bueno, incluso ha estado en su mejor versión, quizá comience la temporada con más calma (a veces excesiva) pero con unas expectativas de cara al 2020 algo ansiosas, debido a que no puede bajar la guardia y debe al menos mantener lo logrado en el 2019 y a poder ser trabajar para mejorarlo en el 2020. Todas estas expectativas, ya están generando desgaste psicológico y emocional, las cuales a veces, son creadas de forma automática e inconsciente.

Expongo estos ejemplos para que toméis conciencia de la importancia que tiene PARAR, DARLE AL PAUSE y REFLEXIONAR: ¿cómo cerré a nivel emocional el 2019? ¿Qué aprendí? ¿Cómo me afectó? Un truco que yo hago con los y las deportistas en consulta es el siguiente: si yo te preguntara ahora mismo, ¿temporada 2019? Eso que nada más escuchar mi pregunta aparece en tu mente, como si fuera un flashazo, es lo que se ha quedado guardado en ti y el que va a influir en el ahora y de cara al 2020. Si tiene connotación positiva o negativa es lo que se trabaja face to face en consulta, pero es interesante que tú mismo hagas ese trabajo.

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Foto: Getty Images

Desde ahí, la siguiente parte que trabajamos es la toma de conciencia de cualidades de uno mismo: ¿Qué fortalezas crees que tienes? ¿Qué debilidades? Aparentemente parece fácil hacer ésta dinámica, pero te aseguro que no lo es una vez comenzamos a profundizar en lo que el individuo menciona. Finalmente, se sacan las áreas de mejora que considera que debe tener en cuenta de cara al trabajo del 2020.

Y por último, una vez el o la deportista sabe cómo le influyó el 2019, quién es (sus debilidades, fortalezas y áreas de mejora), le pido que me describa cómo se siente es éste momento como ciclista. Muy importante enfatizar lo de EN ESTE MOMENTO. Y tras tener ubicado todo esto, ya es hora de establecer objetivos, es decir, el destino o los distintos destinos que uno quiera recorrer en el 2020.

Por lo tanto, para los que estéis en el trampolín o para los que ya hayáis saltado y estéis nadando en la piscina de la pretemporada, no olvidéis que conviene ponerse el chaleco salvavidas, ya que te va a permitir flotar y tomar conciencia de cómo estás, dónde, qué temperatura tiene el agua, cómo te afecta y qué quieres hacer y hacia dónde quieres nadar.

Psicología y Coaching deportivo

Uxue Otxoa Alberdi. Psicóloga (ámbito deportivo), @uxueotxoa