El confinamiento y sus oportunidades

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Estamos en alerta, viviendo una situación difícil y extraordinaria, sin fecha de caducidad hasta el momento, lo que hace que tengamos que vivir en casa. Sabemos que el ser humano está capacitado para superar adversidades y es el momento de convertir la amenaza del Covid-19 en reto. Tenemos una oportunidad muy grande de ejercitar la esfera mental.

Voy a ir al grano, y espero que este artículo sirva para que apliques lo que a continuación vas a leer. Aunque suene un tópico este mensaje, la actitud con la que afrontes este proceso va a hacer que salgas más fortalecido o más debilitado mentalmente.

La situación no depende de ti, pero tu actitud para afrontarla sí que depende 100% de ti. Es importante concretar que en un primer plano está ahora mismo la vida y el no contagiarse y por mucho que no te guste, en un segundo plano ha quedado todo lo relacionado con el rendimiento, las competiciones y los desafíos. Sabemos que esto es así, pero cómo te cuesta aceptarlo y adaptarte a la nueva realidad, ¿no?

Existen para ello dos características que son fundamentales, que toda persona las puede entrenar. Por una parte, está la capacidad de percibir la realidad y, por la otra, la capacidad de adaptarnos a ella. No me refiero a que busques una realidad que no existe, sino que seas realista siendo positivo. La percepción de la realidad se entrena, aunque haya personas que tengan una tendencia a verla más negativa y otras tiendan a verla más positiva. Depende de uno mismo y el esfuerzo que tienes que hacer es de no ver todo lo negativo de la situación. En situaciones tan extrañas como esta, hay muchas cosas negativas y es fácil dejarse llevar por lo negativo. De ahí, la recomendación constante de no estar mirando o escuchando las noticias ya que la mayor parte de ellas son negativas. Pero dale la vuelta y valora lo que tienes.

Tenemos la opción de estar con los nuestros, in situ o vía chat, vídeollamada… pero no te olvides que también tienes tiempo para estar contigo mismo. Y ese tiempo no tiene por qué estar centrado exclusivamente en el hacer, también en el sentir y estar. Y, ¿a qué hago referencia con esto último? A la famosa palabra de mindfulness o atención plena. El objetivo no es relajarse, sino tomar conciencia plena de lo que uno piensa, hace o siente. Es una oportunidad brutal para poder conseguir el segundo aspecto psicológico que es la capacidad de adaptación.

Esta faceta es la que más dificultades veo que está generando en los y las deportistas a la hora de afrontarla. He apreciado mucha frustración, emoción que surge de la percepción de resistencia al cumplimiento impuesto de este confinamiento, el cual hace que el deportista esté focalizado en las carreras que ya no va a poder correr, en la forma física que cree que está perdiendo, que no sabe si llegará o no a correr en un mes, se pregunte todo el rato cuándo acabara todo… Eso hace que no esté conectado con la realidad y mentalmente intente huir de él desde el rol de víctima ya que eso le sirve para no conectar.

Siento decirlo de esta manera, pero es lo que hay. En este momento, el objetivo físico debe ser intentar mantener el estado de forma que tiene uno y cumplir con las rutinas establecidas. Pero, atento, si intentas ponerle las lentes del positivismo realista a la situación actual, verás que tienes una ocasión muy potente de desarrollar tu fortaleza mental. Tener la capacidad de adaptarse es un proceso mental que nos dice que en vez de estar centrándonos en lo negativo, debemos poner foco en lo que depende de mí, en lo que puedo controlar, para que esté focalizado al 100% en la tarea que ejecuto. Es una habilidad que tienes que desarrollar y te voy a proponer opciones de cómo entrenarlo.

En cualquier disciplina deportiva, el entrenamiento en el confinamiento se ha reducido al aparato que uno tiene en casa (rodillo, bici estática, ergómetro, elíptica, máquina de correr…) y al ‘core’ o al gimnasio virtual mediante los vídeos que se ven online. Si nos centramos en el rodillo, es verdad que tenemos opciones como ver una serie, una película o las aplicaciones como Rouvy, Bkool y Zwift que ayudan a amenizar el tiempo que toca pedalear. Además estas últimas ofrecen rutas virtuales que hasta el rodillo se pone a la dureza de la rampa y hace que sea lo más real posible la vivencia. Pero cuidado, también es verdad que aunque las pantallas nos facilitan, a veces, limitan el desarrollo mental. Déjame argumentar.

Tu pensamiento está condicionado según lo que aparezca en la pantalla. Ese estímulo externo hace que pongas tu atención en el coche virtual que parece que de verdad existe y te pasa cerca, en el paisaje que estás recorriendo, en la historia que narra una película, etc, pero en ningún momento tienes control de tu atención. Incluso si suena tu teléfono o se cae algo, ese estímulo hace que tu atención la dediques a él. La propuesta que te hago es que busques la incomodidad dentro de la comodidad que nos ofrecen las nuevas tecnologías, trabaja tu mente, tu percepción, tu atención y decide tú a qué quieres focalizarte.

Para ello, podéis probar la práctica de la atención plena. No te centres solo en lo que dice la pantalla, en un momento puntual céntrate solo y exclusivamente en la respiración, en una parte de tu cuerpo en concreto, en los ruidos que hay más allá de lo que ves, en la música… Es decir, pon foco en un estímulo externo y luego en uno interno. Esa ida y venida mental hazla porque la eliges conscientemente y no condicionado por un estímulo. Búscala tú. La respiración existe siempre, pero no la atiendes ni eres consciente siempre de ella. Obsérvate.

Otro reto puede ser que cuando te toque hacer series o el rodillo se ponga exigente, centrarte en todo momento que dure el esfuerzo en la letra de una canción. Poner foco todo el rato en la letra (no vale que sea la playlist habitual, busca canciones que nunca hayas oído para que te exija mayor atención). Experimenta las dificultades mentales para cumplir con ese reto.

Lo mismo con que generes un contexto especial. El trabajo físico es el mismo, vas a pedalear de todas formas, pero a nivel mental hay que ser creativos. Date cuenta que el confinamiento sirve para recalcar la idea de que pedaleas única y exclusivamente para ti, por lo tanto rétate. Elige un día de la semana que simule una competición tuya propia en el rodillo. Si el domingo es el día de la competición, compórtate como tal: siéntate en tu habitación y coge un dorsal que tengas en casa y pónselo con los imperdibles a la ropa deportiva con la que sabes que competirías. El día anterior, el sábado, suelta piernas y tómate el café en la cocina. El domingo mismo, ponte en el rodillo (esta vez sin música) y elige una etapa para adentrarte en ella y sentir que estás compitiendo. Crea en tu imaginación todo lo que unes a la competición. Tras tu sesión, sigue comportándote igual. Ponte las medias de comprensión…

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Date cuenta que hasta ahora la dificultad de hacer rodillo era que te obligaba a conectarte con las sensaciones de tu cuerpo y con tu mente, y como huida a estar en esa introspección te pones música o una película. El objetivo no es cumplir con lo que te pone el preparador físico, el objetivo es terminar satisfecho y fortalecido para la siguiente sesión y mantener viva la motivación.

Es buen momento para alejarnos del stravitis y conectarnos con nosotros mismos. No olvides que lo importante es estar conectados a nivel cuerpo y mente y que no necesitas el número para saber si vas bien o mal. Sabrás si vas bien o mal por tus propias sensaciones y el número solamente lo reflejará o no. Cuanto más conectado y sensibilizado estés con tu cuerpo y con tu mente, menos variará lo que dice el número y más acertado y alineado estarás.

Mucho ánimo, cuídate y sal de tu área de confort mental.

Psicología y Coaching deportivo

Uxue Otxoa Alberdi. Psicóloga y facilitadora del alto rendimiento, @uxueotxoa

 

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