Chris Froome, Israel y la ley del 1 de agosto
Foto: Israel Start-Up Nation
El fichaje del británico Chris Froome por parte del equipo Israel Start-Up Nation ha tenido un último efecto colateral: ha servido para constatar que la ley del 1 de agosto como fecha del inicio de los períodos de traspasos no es muy tenida en cuenta dentro del mundillo ciclista.
La Unión Ciclista Internacional insiste, una y otra vez, en fijar fechas estrictas para las negociaciones de los contratos de los corredores. En ese sentido, puede echarse un vistazo a la reglamentación actual: «Para todo cambio de equipo de un corredor entre dos temporadas, el período de traspasos se extiende del 1 de agosto al 31 de diciembre. Un equipo WorldTeam puede fichar corredores únicamente durante el período de traspasos. En los términos del presente artículo presente, «contratar» significa la conclusión de un contrato para inscribir al corredor en el WorldTeam«.
Es evidente que Israel Start-Up Nation se colocó al borde de la legislación actual. En primer lugar y para esquivar problemas legales, esperó a que Team Ineos anunciara oficialmente que no contaban con Chris Froome para la temporada 2021, por lo que ya nadie puede acusarles de haber desestabilizado al equipo actual del corredor, que es siempre uno de los motivos más vigilados por parte de la UCI y algo muy lógico a la hora de cualquier análisis legal. Pero partiendo de la base de que Ineos tiene claro que el período de Froome está agotado, no tiene más importancia que Froome e Israel anuncien su compromiso en julio o en agosto.
— Chris Froome (@chrisfroome) 26 de junio de 2020
Además, la UCI no prohíbe las negociaciones sino la conclusión del contrato, una rendija que permite a todos los agentes y equipos negociar los contratos e incluso en ocasiones dejarlos firmados con fecha 1 de agosto o dejarlos firmados en forma de precontrato que se hará oficial el 1 de agosto. Y siempre, eso sí, afirmando de puertas a la galería que no hay nada firmado hasta el 1 de agosto. Al final, todo son subterfugios para esquivar una normativa que muchas voces consideran obsoleta.
Sylvan Adams, el empresario-ciclista que maneja los hilos del Israel
