BMC Roadmachine X: La bici ideal cuando se acaba la carretera

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Se acaba la carretera, ¿y qué? BMC ha presentado su modelo Roadmachine X, una bicicleta que en esencia es un modelo gravel pero que va un poco más allá de los caminos y también del asfalto.

Para entender mejor esta nueva máquina de la firma suiza conviene tener en cuenta que cada vez más usuarios apuestan por una bici mixta que permita transitar sin prisa por carreteras, puertos o cualquier ruta asfaltada y que de repente, en esa misma salida, quieran dar el salto a una pista sin asfaltar y continuar explorando horizontes.

En Zikloland ya vivimos una experiencia similar con un modelo de Roadmachine que probamos, haciendo hincapié en que estas bicicletas con freno de disco y un neumático adaptado a todos los terrenos nos permitía explorar muchas más posibilidades que las que sólo ofrece la carretera. Ahora, BMC nos propone esta apuesta en aluminio, con un montaje en monoplato gracias al SRAM Rival y una polivalencia amplia para disfrutar a partes iguales de la tierra y del asfalto.

BMC ha utilizado la tecnología TCC Endurance para ofrecer ese confort que se requiere en este uso mixto de la bicicleta. La absorción entra en juego y aunque el carbono absorbe mejor esas irregularidades que el alumnio, este trabajo de ingeniería de los suizos nos garantiza esa comodidad y también un plus de seguridad. Esto es gracias a su tecnología ‘Angle Compliance’ que juega con los ángulos del cuadro y que permiten una ligera flexión que no compromete la rigidez lateral. Para ganar en esa absorción, la horquilla está fabricada en carbono Premium marca de la casa.

La apariencia de esta BMC Roadmachine X es discreta, con una pintura negra jugando con brillos y mates en todo el cuadro y un cableado interno para dotarla de una apariencia sobria y minimalista. Además, llama la atención cómo hay soportes bien escondidos para poder instalar guardabarros o portabultos adicionales si es que queremos hacer más largo nuestro camino o protegernos mejor del barro y de la lluvia.

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Pero no sólo se trata de absorber baches o imperfecciones del terreno ni tampoco de darnos una postura cómoda para estar muchas horas encima de esta bici, gracias en parte a su alta dimensión de su pipa de dirección. BMC juega también con la respuesta de esta bici en caso de que necesite alguna aceleración, así como con su ligereza. En talla M (según fabricante) el cuadro de aluminio tiene un peso de 1.270 gramos, que no es exagerado, mientras que la horquilla se queda en apenas 400 gramos de peso.

Disponible en tallas 47, 51, 54, 56, 58 y 61 para adaptarse a la altura y morfología de cualquier usuario, la BMC Roadmachine X tiene un precio de 2.199 euros. Ya habíamos señalado que su montaje es SRAM Rival monoplato y que las ruedas de serie son unas Mavic Allroad Disc UST, para poder jugar con diferentes anchuras de cubierta y poder buscar así la mayor comodidad y rendimiento que ofrece esta bicicleta todocamino en su conjunto.

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