Ridley X-Night SL Disc, la bici para amar el barro (Test)

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Foto: Adrián G. Roca

Nuestro gran anfitrión, Filip Heylesonne, mánager de eventos de Ridley de Belgian Cycling Factory, va generando expectativas mientras va informando de cada detalle del viaje. “Querido Adrián, tu bici está pasando el proceso de pintura”. Pocos días antes de embarcar de nuevo a Bélgica para vivir con Ridley otra de esas experiencias que marcan, llegan dos fotos al whatsapp que provocan miradas y sonrisas tontas a la pantalla.

La Ridley X-Night SL Disc está preparada y perfectamente montada para dominarla por el circuito de Gavere. Levantas los ojos de tu móvil y acto seguido piensas algo así como, ‘que ese avión salga ya, por favor’.

Conviene fiarnos de las primeras impresiones, aun estando sugestionado porque sí o sí el impacto de ese flechazo va a ser tremendo. Una bicicleta de pura competición de ciclocross todavía es más bella repleta de barro, pero ver todas esas Ridley X-Night SL Disc alineadas e impecables merecía parar el tiempo y dedicarles una mirada profunda para, acto seguido, ir a tocarla suavemente y dar paso a esos automatismos que todos tenemos cuando estamos ante una bicicleta que impacta. La coges del tubo, la levantas unos centímetros, la sientes. Agarras el manillar por las manetas, te agachas emulando una posición de ataque y te imaginas lo mucho que vas a disfrutar ensuciándola sobre el barro y en las cuestas del circuito de Gavere.

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Foto: Ronny De Coster

No se equivoca Bert Kenens, el jefe de producto de Ridley, cuando en la presentación previa nos aseguraba que todos los grandes campeones de la historia reciente del ciclocross –salvo Wout Van Aert, aunque dudó cuando lo dijo- habían manejado una de sus bicis en un circuito al menos una vez en su carrera. Incluso Mathieu Van der Poel. Esta afirmación no es ninguna anécdota, más bien al contrario. Es el sustento de la teoría de que este fabricante y sus productos encuentran en esta especialidad su máxima expresión. Una vez asumido esto, empieza a pesar la responsabilidad. Soy consciente de que cuando me tocara afrontar cada palmo del barro de Gavere tendría que estar a la altura aun sabiendo de mis muchísimas limitaciones técnicas para desenvolverme y sacar todo el partido a la Ridley X-Night SL Disc que con tanto mimo me habían preparado.

Evidentemente no es lo mismo transitar por pistas no asfaltadas y caminos amables sin ninguna dificultad técnica que tener dos horas un circuito que alberga una de las pruebas de la liga Telenet Superprestige y que encima está enclavada dentro de una base militar de la aviación belga. Dejar a un lado la carretera es una terapia más que recomendable y que practicamos regularmente en desarrollo de nuestros test de bicicletas y material en Zikloland. Jugar aquí con una bicicleta de competición pura, donde juegan los mejores, son palabras mayores. Otra liga.

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Foto: Ronny De Coster

Pero como suele pasar en estos casos la ilusión gana por goleada a esa responsabilidad, como ya nos pasó en Zonhoven también con Ridley como anfitrión y exprimiendo el anterior modelo X-Trail Carbon. Por tanto, no éramos nuevos en un recorrido de esta magnitud y, encima, la dureza de este trazado en Gavere pesaba más que las complicaciones técnicas del citado de Zonhoven. Fuerza versus astucia porque el resto, ya lo ponía nuestra X-Night SL Disc.

Llama la atención un montaje en dos platos Rotor 3D30 con dentado 46/30 y atrás un piñón Shimano Ultegra 30/11. A simple vista parece más un desarrollo de carretera pero al día siguiente, echando un vistazo a todas las competiciones del Superprestige, el monoplato era minoría. El grupo de nuestra X-Night SL Disc es un Ultegra Di2 HDB, ideal para cambiar rápido y preciso de plato o coronas antes de intuir cada bajada o bien meterlo todo en las rectas finales del circuito o en su área ‘de descanso’ antes de dar paso a la subida más exigente. A esta rapidez y precisión también ayuda la cadena KMC X-11, la que monta de serie esta bici.

La rapidez y agilidad que nos daba esta transmisión era un aspecto fundamental, aunque no el más importante para dominar bien a esta máquina. En la presentación previa, nos dejaron muy claro que la X-Night SL Disc es una geometría de competición ‘y punto’. Quien quiera una gravel cómoda que eche un vistazo al nuevo modelo Kanzo de la marca. Ese ADN de competición se notaba cuando arrancábamos en la asfaltada recta de meta o cuando tras un par de vueltas completas al circuito olvidamos nuestra inexperiencia y los complejos propios para empezar a disfrutar de la velocidad y las pulsaciones altas.

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Foto: Adrián G. Roca

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Foto: Ronny De Coster

Es cierto, en cada curva o zona técnica hay que obligar a la X-Night SL Disc a entrar, hay que mover la bici o meterla en ese surco para ganar la tracción adecuada. Como decimos, conforme íbamos superando vueltas sobre este prestigioso trazado éramos más conscientes de la fiabilidad de esta bicicleta y lo bien que responde a esa conducción. Conviene ser intuitivo, tocar los frenos de disco cuanto menos mejor pero si había que clavar la bici antes de un giro de noventa grados o por tener que corregir nuestra trayectoria, los Shimano Ultegra Flatmount respondían, aunque ‘chillaban’ un poco cuando apurábamos en exceso la frenada.

Otras de las características de la geometría de la X-Night SL Disc son un ángulo de la horquilla mucho más agresivo para su manejo y estabilidad en los giros. Hoy en día las carreras de ciclocross son más rápidas y técnicas, por lo que necesitas sentir dónde y cómo estás yendo por cada sección del circuito o en cada curva. Y siempre a tope. Es evidente que Ridley ha tomado todas las referencias de la fluida comunicación que tiene con sus corredores profesionales, esta temporada con el Pauwels Sauces-Bingoal del vigente líder de la Copa del Mundo, Eli Iserbyt.

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Foto: Ronny De Coster

Estos ciclistas también demandaron una necesidad, un ángulo mayor en el triángulo que conforman los tubos superiores para poder echarse la bici al hombro en las subidas más embarradas o con obstáculos insalvables. En Gavere dimos buena cuenta, echándonos la X-Night SL Disc al hombro en un par de secciones. La talla de nuestra bici, una XL que en Ridley corresponde a 61, dibujaba una sección de agarre aún mayor, amén de la forma plana aplanada del tubo horizontal en su zona más baja, para ganar en comodidad en este aspecto. Aunque como advirtió un buen amigo al ver nuestra foto con la bici enganchada a nuestra espalda, la falta de experiencia propició un error: “la mano, siempre en el manillar”. Lo tendremos en cuenta para la próxima ocasión.

Si nos detenemos en esta imagen, más allá de nuestro gesto de principiante se ve claramente algo mucho más relevante: la ausencia de cables bajo el manillar y en el frontal de la Ridley X-night SL Disc. Una tecnología propia del fabricante belga llamada F-Steerer, que recoge el cableado desde manetas y lo enruta por el interior de la potencia hasta que cae por horquilla y tubos. Este integrado de cables también lo han puesto en práctica en las Noah y Helium en versión de discos y en el caso del ciclocross es otra ayuda más para transportarla a hombros y desde luego para evitar que el barro y la suciedad puedan acumularse en esa zona crítica en plena competición.

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Foto: Ronny De Coster

Los obstáculos de cualquier tipo, el barro y la suciedad forman parte del encanto del ciclocross, por eso Ridley también pensó en ellos con una geometría específica para combatirlos: Una mayor altura del eje de pedalier sobre el suelo para tratar de adaptarnos mejor al terreno y evitar engancharnos. Además, “short reach, low stack”, otra seña de identidad de esta bici ágil y nerviosa nacida para competir y dominar el barro.

Es una obligación personal y profesional de quien escribe estas líneas y vivió esta experiencia en Gavere que el ciclocross nunca será su fuerte, por mucho que lo intente. Pero tener la oportunidad de probar una bicicleta así sobre el terreno te forma un criterio único para comprobar en primera persona que todas las especificaciones y comentarios de Ridley sobre este modelo X-Night SL Disc son plenamente acertados. Podríamos apostar incluso a que expertos reales en esta apasionante modalidad estarían más que encantados con esta evolución del modelo estrella del fabricante belga en el terreno que marca su ADN ‘flandrien’.

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Foto: Ronny De Coster

Es obligatorio amar el barro, lanzarte a por todas en cada desnivel, elegir la trazada correcta siempre y orientar tu bici y tu cuerpo como si fuera una sola unidad. Con esta Ridley X-Night SL nos atrevimos a hacerlo y al día siguiente de nuestra inolvidable inexperiencia, Eli Iserbyt se hizo con la victoria en la tercera prueba del circuito Telenet Superprestige. Obviamente lo hizo con esta misma máquina y triturando a sus rivales. Servidor tan sólo pudo exprimirla y, salvando los miles de millones de años luz de distancia, no sería osado decir que encima de esta bici, ambos tuvimos las mismas o al menos muy parecidas sensaciones.

Equipados para disfrutar al máximo

El barro, y el circuito de Gavere estaba húmedo y blando debido a que buena parte del circuito está enclavado bajo una zona boscosa, debe dominarse con unos buenos neumáticos que complementen nuestra bicicleta y por supuesto las ruedas Fulcrum Rapid Red 500 de este modelo. Utilizamos las cubiertas específicas de la firma Vittoria, el modelo Terreno Dry (seco) de las tres versiones que componen esta gama gravel y de cross y que tiene en el grafeno su principal compuesto para darnos el óptimo agarre y prestaciones.

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Foto: Ronny De Coster

En cuanto a nuestro equipamiento, el casco HJC –la marca que suministra al equipo Lotto-Soudal- modelo Valeco en color rojo y negro, protegió nuestra cabeza. Ultraligero y muy bien ventilado, es uno de los cuatro modelos de este fabricante con amplia experiencia en el mundo del motociclismo y que desde su entrada en el ciclismo ha lanzado el citado Ibex, el más aerodinámico Furion más los Ibex y Atara. La ventilación y su óptimo ajuste fue lo más reseñable, ya que pese a que fue una tarde fresca, el ciclocross te exige ir a tope y una vez entrados en calor era preferible un casco más abierto, concretamente con 12 orificios de ventilación.

Rudy Project se encargó de las gafas de sol con su modelo Keyblade, en color blanco perla y con cristales fotocromáticos Impact Photochromic 2 Black, muy apropiados para ganar visibilidad en las zonas de umbría más oscuras y con una rapidísima respuesta en su tintado cuando se cambia bruscamente a las zonas soleadas. Además, de pantalla media y extrema ligereza, algo que las convierte en unas gafas muy cómodas que además ajustan tan bien que pasan desapercibidas mientras tu cuerpo está en continua tensión, moviéndose, levantándose y volviendo a bajar al sillín.

Nuestra piel la vistió Bioracer, destacando el maillot Tempest Bodyfit y la chaqueta SS Bodyfit Smooth, a la que no tuvimos que recurrir en plena acción debido a la fresca pero agradable temperatura en Gavere. Por otro lado, la firma danesa Gripgrab nos había preparado un kit de protección total contra el agua y el frío, pero la camiseta interior base ‘Ride Thermal LS de lana merino, así como el gorro Lightweight de este mismo material y los guantes Waterproof Thermal se quedaron en sus cajas a la espera de que se den las condiciones para testarlos adecuadamente.

No contamos el número total de vueltas, ni tan siquiera llevamos con nosotros un ciclocomputador ni activamos el Strava desde el Smartphone. Se trataba de exprimirse, de vivir esta experiencia, de que diera exactamente igual nuestra mayor o menor experiencia y habilidades sobre este terreno. Ridley puso la bici y el equipamiento ideal y cada uno de nosotros, el resto. Es decir, ilusión y entusiasmo por probar una bici en el mejor escenario posible.

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Nuestra sonrisa lo dice todo; en compañía de Filip Heylesonne. Foto: Ronny De Coster

Al final de la jornada y con una buena cerveza en la mano antes de la cena en la brasería más frecuentada por los ciclistas flamencos, Filip preguntaba si me había gustado la experiencia. Mi cara lo decía todo aunque mi primera confesión al anfitrión fuera repetirle que no tengo las habilidades suficientes para dominar el barro. Él y yo sabemos que prefiero el asfalto y la mezcla entre adrenalina y calma que dan las kilometradas por carretera. Por eso el siguiente reto a desbloquear será probar la Helium SLX Disc. Que sea cuanto antes, porque el ciclocross ya lo amamos para siempre.

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