Kelme España sigue sin remontar: ¡Concurso de acreedores!

Kelme España sigue sin remontar: ¡Concurso de acreedores!

Los amantes del ciclismo tienen una marca en la memoria colectiva: Kelme. Lo cierto es que la empresa alicantina lleva muchos tiempos sin una vinculación directa con el ciclismo, pero sigue siendo asociada al deporte de las dos ruedas. La última novedad para Kelme vuelve a ser muy negativa y habla de una nueva entrada en concurso de acreedores, una noticia que viene a recordar la mala dirección de la compañía en los últimos años.

Kelme triunfó en el deporte de la mano de dos deportes: el patrocinio del Real Madrid CF y el patrocinio de un equipo ciclista que logró incluso que uno de sus corredores subiera al podio del Tour de Francia (Fernando Escartín). Sin embargo, una serie de inversiones disparatadas pusieron a la empresa contra las cuerdas y frenaron el sueño de convertirse en el tercer actor en el mundo del calzado deportivo, solo por detrás de Nike y Adidas. Aquel sueño acabó rompiéndose en mil pedazos.

La compañía dejó de estar en manos de la familia Quiles, los verdaderos impulsores de la empresa. Pasó a manos de la Generalitat Valenciana y, posteriormente, de fondos de inversión. El negocio de Kelme acabó en manos de una empresa China: Jinjiang Yuanxiang Garments Weaving. Sin embargo, Kelme España se mantenía en manos de Riva y García.

Los chinos impulsaron de nuevo la marca con patrocinios agresivos en equipos de elite: el RCD Espanyol y Deportivo Alavés, así como Baskonia de baloncesto. También patrocinan otros equipos europeos y, por supuesto, la Liga de Fútbol de China. Esto forma parte de una estrategia para impulsar de nuevo la marca y viene directamente desde China.

El último problema, por tanto, afecta solo a la parte española. La empresa panameña K Sport presentó en 2010 una demanda en la que reclamaba 12 millones de euros por romper la licencia exclusiva y abrir la distribución en el país a otras compañías. Finalmente, según desvela 2playbook.com, los jueces han condenado a la matriz española a un pago de más de tres millones. Esa sentencia ha llevado a la compañía a tomar la decisión de irse a una suspensión de pagos, medida con la que intentan no ir a un cierre total de una empresa que en España estaba facturando 6 millones anuales.