Enrique Sanz: «Contra los grandes hay que ser humildes, pero no arrugarse»

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Foto: Photo Gomez Sport / Euskadi-Murias

En el ciclismo, como en casi toda faceta de la vida que consista en una carrera de fondo, sólo hay un camino para mejorar: la exigencia. Y empieza por uno mismo. Enrique Sanz (1989) sabe bien el significado de esa palabra. Y, tras la marcha de Jon Aberasturi, en este 2019 será el encargado de dar presencia al Euskadi-Murias en los sprints.

Fiel a su estilo, ha conseguido. «Hemos empezado bien. En Valencia tuvimos un par de puestos, pero quizás pudimos empezar mejor. Quizás haber estado en el Top5 habría sido lo esperado, o lo deseado. Pero bueno, no hemos entrado con mal pie». Sí estuvo en ese rango en Jaén, donde logró la cuarta plaza y estuvo muy cerca de alguien como Matteo Trentin. «Ahí peleé de tú a tú con corredores de mucho nivel», dijo entonces.

Así que, pese a que siempre quiere un poco más, el navarro sí reconoce que se encuentra en un buen estado físico: «La condición está. Creo que estoy en un punto de forma competitivo«. Y, aunque sabe que en principio el Euskadi-Murias afrontará las llegadas masivas en una segunda línea, también tiene claro que los rivales son humanos: «Hay que ser conscientes de que hay gente que es de primera línea mundial. Siempre hay que ir ante ellos con humildad pero sin arrugarse». Una vez acabe la ronda andaluza en Alhaurín de la Torre, descansará un par de semanas para asimilar este primer bloque competitivo.

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Foto: Photo Gomez Sport / Euskadi-Murias

Sobre esa autoexigencia a la que se hacía referencia más arriba, Sanz cree que forma parte no sólo de su naturaleza como persona, sino del ADN del velocista: «Es la mentalidad del sprinter. Es un poco incoformista por naturaleza, competitivos. No nos vale con estar ahí, verlo tan cerca y no lograrlo. Esa situación permanente genera la autoexigencia», argumenta.

Y es que el símil futbolístico es casi inevitable, aunque también coincide en dar su justo reconocimiento a los puestos de honor, que cada vez están más caros: «Es como el delantero, hay que marcar los goles. A todos nos gusta ganar y para eso estamos, pero hay que ser conscientes de que los puestos de honor son difíciles de conseguir y hay que darles valor».

Para él, por otra parte, no hay otro camino para avanzar. Ganador de una etapa en la Volta a Portugal 2018, considera que es la mejor forma de seguir progresando, en unos tiempos en que todo está cada vez más medido y la gente joven aprieta por detrás: «La mentalidad es de mirarse a uno mismo y tratar de progresar. Si hice quinto, mañana tengo que hacer mejor que quinto. Si hice segundo, mañana tengo que ser mejor que segundo. Y ser siempre competitivo«, concluye. De momento ha empezado bien el año.

Enrique Sanz asoma: «He peleado de tú a tú con gente de nivel»