Cantera Ciclista: Octubre, un mes amargo para el ciclismo sub23

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Para un ciclista sub23, y también para los que estamos implicados en este deporte –especialmente en esta categoría- octubre es probablemente el mes más amargo del año. Acabada la temporada en septiembre llega el momento de que esos ciclistas sub23 busquen un hueco más arriba. Que den el salto o, por el contrario, se lo replanteen todo. Buscar una nueva oportunidad para pasar o, por el contrario, dejarlo todo.

En esta época se puede ver a muchos chavales que desisten. Que no quieren seguir siendo ciclistas y cuelgan la bici porque llevan uno, dos o tres años sin llegar a los objetivos que se marcaron y dejan marchar ese sueño de ser profesionales y parecerse a sus ídolos. Pero también hay otros que sí han conseguido los objetivos que les han pedido sus equipos –caso, por ejemplo, de los filiales- o se han marcado ellos. Estos corredores han hecho lo que tenían que hacer y han obtenido resultados. Pero, en cambio, siguen mirando el teléfono como si esperasen la llamada del amor de su vida. Y esa llamada no llega. Ese teléfono que durante todo el año no paraba de sonar, ahora se queda mudo y los días van pasando. Cunden la impaciencia y el desánimo.

Personalmente, creo que esta próxima temporada vamos a ver menos ciclistas que pasen a profesionales. El año pasado, el ascenso de Burgos-BH y Euskadi-Murias, y la aparición del Polartec-Kometa y la Fundación Euskadi pasaron muchos neos, cuyos contratos son por dos años. Y precisamente esa duración es la que hace que este invierno haya menos puertas para abrir.

Foto: Oskar Matxin / Caja Rural-Seguros RGA

Además, la globalización del ciclismo hace que los equipos tengan cada vez más gente de otros países. Por eso creo que no debemos centrar el tiro sólo en los equipos de aquí. Ahí están, por ejemplo, formaciones como La Pomme francesa que tiene varios españoles. Y esto me lleva a una conclusión: es fundamental que los equipos sub23 salgan a correr fuera, sí o sí. Y los que por presupuesto no puedan, deben contar que salir con la Selección es un escaparate importantísimo para la proyección de esos corredores.

Octubre es, en definitiva, un mes de desilusiones. Algunas de ellas se acaban tornando en alegrías. Pero, sobre todo, debe ser un mes de reflexión de los ciclistas. Echar la vista atrás, hacer autocrítica si las cosas no han salido, y cargar pilas para buscar el sueño.