Ahmet Orken, mucho más que el fichaje de un ciclista
Orken, en el centro de la imagen durante el reciente acto de presentación. Foto: Veloimages
El equipo Israel Cycling Academy parece dispuesto a romper todos los moldes. No hay nada como ver lo sucedido con el fichaje de su último corredor para 2018: Ahmet Orken. Pero, ¿qué tiene de extraña esta contratación? Muy sencillo: hablamos nada más y nada menos que del campeón nacional de Turquía corriendo para un equipo de Israel.
Tal vez muchos no lo sepan… pero hablamos de países que hasta hace muy poco ni siquiera tenían contacto político a ningún nivel. Pero vayamos a analizar la parcela deportiva.
Orken suma cinco victorias en profesionales en 2017. Es campeón de Turquía de contrarreloj individual, aunque su punto fuerte son las llegadas al sprint. Fue así como logró imponerse en dos etapas del Tour del Lago Qinghai, en una del Tour de Serbia, en otra de la Challenge de la Marcha Verde… Pueden parecer triunfos en pruebas más o menos exóticas. Pero también estuvo a gran nivel en Turquía, prueba del WorldTour, donde fue segundo en una de las jornadas.
La gran noticia para Orken es que por fin tendrá la oportunidad de competir al máximo nivel. Pero lo hará de la mano del Israel Cycling Academy. Y eso son palabras mayores. No hay que olvidar que desde 2010 hasta 2016 apenas hubo relaciones institucionales y comerciales entre estos dos países. La muerte de una decena de voluntarios turcos en un intento de ruptura del bloqueo de Gaza supuso un antes y un después en esos vínculos siempre complicados. En 2016 el gobierno de Israel pidió perdón y trató de recomponer un mínimo de conexión con Turquía. Fue el primer paso para el deshielo.
Por eso es tan importante el paso dado por el equipo Israel Cycling Academy de cara a la temporada 2018. Esta formación ciclista siempre ha insistido en no mezclar política y deporte. Y entre sus objetivos está el de dar oportunidades a corredores de países que no tienen oportunidades. Por eso mismo la contratación de Orken parecía perfecta en la idea de tender puentes entre naciones y ofrecer oportunidades a todo el mundo.
Al frente de un ejercicio de supervivencia de su nuevo equipo. Foto: Veloimages
Pero a buen seguro que han necesitado de muchas llamadas políticas al más alto nivel para saber si tanto en Turquía como en Israel iba a verse con buenos ojos que el campeón nacional turco luzca la bandera de su país en un equipo llamado Israel. Así ha sido.
Y, una vez más, el deporte sirve para unir y no para separar. Será curioso ver a muchos seguidores turcos apoyando a un equipo de Israel. Y a muchos seguidores de Israel aplaudiendo a un deportista turco que compartirá maillot con los españoles Rubén Plaza y José Manuel Díaz. Es la magia del deporte, y en este caso del ciclismo.
Un Israel Cycling Academy multicolor en 2018
Israel Cycling Academy: Un salto adelante sin perder su identidad
