Vuelta a Zamora: Los sub23 se rebelan contra los élite

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Foto: Vuelta a Zamora

La teoría nos dice que la categoría élite y sub23 en el ciclismo es donde se concentra el futuro más inmediato de este deporte. Por eso, que carreras como la Vuelta a Zamora no las gane un corredor que ronde los 30 años es, de facto, una buena noticia. Que si finalmente resulta que el más fuerte pasa la treintena, pues también hay que presentarle todos los respetos que para eso lo ha merecido.

Pero después de años en que los ciclistas élite -y en muchos casos bastante veteranos en la categoría- han dominado las carreras del circuito amateur, en esta edición de la ronda zamorana se ha confirmado que el ciclismo sub23 viene empujando cada vez con más fuerza. Cierto que el vencedor final, Eusebio Pascual, es élite de primer año. Pero los ‘recién llegados’ también han mostrado ya sus credenciales frente a lo mejorcito de la categoría.

Un ejemplo claro es José Antonio García, el ciclista del Polartec-Kometa. El granadino, después de toda una temporada buscando sin éxito el triunfo, y dejando en el camino un sinfín de puestos de honor -segundo en el Momparler, varios remates ‘al poste’ en vueltas como Castellón- ha conseguido ganar dos etapas en Zamora. Ambas al sprint. Es de 1996, sub23 de último año, y ha tenido como principal rival en esas llegadas a otro joven: Dani Viejo (1997).

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El ciclista del Caja Rural-RGA, en cambio, no ha podido alzar los brazos esta vez. También es cierto que el conjunto verde, a veces en mayoría numérica preparando esos sprints, no ha estado especialmente fino en el trabajo previo para que los resuelva. En cualquier caso, la punta de velocidad de Viejo también queda patente.

Pero por el tipo de corredor que impera en nuestro país -y por el enorme mérito que tiene lo que hizo, quizás llama aún más la atención la victoria de Ibon Ruiz (Lizarte) en el muro hormigonado de Hedroso. Una rampa superior al 20% de inclinación durante 350 metros, y en la que ganó nada menos que al propio Pascual y a un ex profesional como Pablo Guerrero. Siendo sub23 de primer año.

Y ya no es sólo cómo ganó. Es cómo llegó a ese grupo de cabeza. Porque Ibon cogió al cuarteto cabecero después de arrancar en el penúltimo puerto y darles alcance bajando: «Me decía que tenía que sufrir un poco más, que ya casi había llegado», contaba tras la etapa. Tomó aire y se encaminó al muro, lo empezó primero, sacó unos metros y ya no pudieron darle caza.

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El podio final.

También David González y Jaume Sureda han hecho un papel muy destacado en la cita zamorana. El primero de ellos con un segundo puesto el último día y una gran crono inaugural. Y el segundo fue el más activo en la etapa reina, formando una fuga de mucho nivel y siendo cazado ya por los grandes favoritos. En la general, de nuevo Ibon Ruiz fue el mejor sub23, en cuarta posición, mientras que Jorge Pastor (Polartec-Kometa) ha terminado noveno.

Otros como Asier Ormazábal, Kiko Galván (Lizarte) Manu Castilla o Sergio Jiménez (Bicicletas Rodríguez-Extremadura) han hecho gala de una enorme combatividad. Jiménez, de hecho, se llevó el premio al más combativo en la jornada final. Es, sin duda, una de las mejores noticias de la Vuelta a Zamora. El podio copado por élites jóvenes -Pascual (1995), Guerrero (1992) como el más veterano y Noriega (1994) y un buen puñado de sub23 mostrando ganas, hambre de victorias y sobre todo calidad. Mucha calidad. Todo esto en una carrera en la que, en 2017, cinco de los 10 primeros pasaron a profesionales. Hay futuro.

Vuelta Zamora: José Antonio García repite; Eusebio Pascual, ganador final