Vuelta Alemania: ASO rescata una carrera histórica perdida (perfiles)

Vuelta Alemania: ASO rescata una carrera histórica perdida (perfiles)

Cualquiera que vea el recorrido presentado este mediodía diría que la prueba está diseñada especialmente para Peter Sagan, o algún corredor de perfil similar. La Vuelta a Alemania regresa al calendario una década después de su desaparición, y en esta ocasión lo hace de la mano de A.S.O.

Esto no es casual, pues el país germano es el mayor mercado europeo de la bicicleta. Los escándalos de dopaje sucedidos hace una década, con la Operación Puerto como telón de fondo, hicieron que el país perdiese interés por el ciclismo de competición, pero no por el ciclismo. Incluso la televisión pública dejó de retransmitir el Tour de Francia con el argumento de que había perdido «su valor deportivo», y aquella tormenta se llevó también la prueba por delante.

Aquellos tiempos, por suerte, quedaron atrás. Alemania es a día de hoy un país que saca buenos ciclistas jóvenes, tiene dos equipos WorldTour con licencia del país y hace crecer a muchos grandes velocistas y rodadores, y precisamente la empresa organizadora del Tour de Francia ha recuperado la carrera.

En esta edición de regreso serán cuatro etapas (23-26 agosto) coincidiendo con el comienzo de la Vuelta a España. El país tiene terreno para muchas más, y de hecho antes de que la ronda germana se viese abocada a la suspensión hubo ediciones de hasta nueve días. En cualquier caso, es sólo el comienzo y se supone que una base sobre la que ir creciendo.

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Por esta ocasión la carrera recorrerá prácticamente toda la región de Westfalia, la zona más al oeste y limítrofe con Francia y Bélgica, para después encaminarse al sur y terminar en Stuttgart. El trazado alterna días planos con otros jalonados de cotas y más propio para clasicómanos. Donde un Sagan -o un Degenkolb en forma- estaría más que cómodos.

La primera etapa, entre Koblenz y Bonn debería resolverse al sprint si no ocurren imprevistos. Distinto será el día siguiente, con final en Trier. Una etapa larga -212 kilómetros- y con mucho sabor a clásica con siete cotas puntuables, la última de ellas a poco más de 10 de meta. Y algunas, más que cotas, son pequeños puertecitos de tres o cuatro kilómetros.

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El Team Milram alemán, en 2008.

Algo parecido ocurrirá al día siguiente entre Trier y Merzig, con ocho ascensiones y la última, el Kreuzberg, también en los últimos 10 kilómetros. Un poco menos quebrada será la última, entre Lorsch y Stuttgart, pero el circuito final cuenta con tres subidas a Herdweg, por lo que también es bastante probable que se rompa.

El formato de la carrera no tiene nada que ver con lo que se veía anteriormente, ni tampoco se encuadra en las fechas de la antigua Vuelta a Alemania -solía ser por el mes de junio- sino que será algo nuevo y más parecido a las carreras centroeuropeas donde los rodadores y clasicómanos con buena punta de velocidad tienen el terreno abonado. Y, lo más importante, el gigante europeo vuelve a tener una carrera de ciclismo con buenas perspectivas para el futuro.

Linus Gerdemann fue el último ganador de la ronda germana en 2008. Antes de él lo hicieron Jens Voigt (2006 y 2007) en una carrera que tiene dos vencedores españoles: Igor González de Galdeano (2002) y David Plaza (2000).

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