Ultraciclismo: Pasado, presente y futuro
Disputar una competición sin ‘drafting’ (prohibición de ir a rueda) contra el reloj individual ultradistancia en España, parece ser una empresa compleja. Desde hace unos cuatro años que la especialidad ciclista de ciclismo de ultrafondo competitiva se ha ido asentado en España, sobre todo gracias a la aparición de competiciones de 24 horas en circuitos cerrados.
Incluyo el apellido “competitivo” a la denominación de la especialidad porque, tradicionalmente, la larga distancia o el ultrafondo se ha vinculado a las denominadas Brevets, que siempre han estado ahí. Desde que el Tour de Francia dejó de ser una prueba de 1.200 km (1.891 km) y se consolidó en la prueba por etapas (1.902 km) que actualmente conocemos, las pruebas de cierta distancia pasaron a ser no competitivas y denominarse Brevets (denominación francesa de estas pruebas). No se ofrece una clasificación final oficial, ya que se trata de pruebas de carácter participativo, aunque las clasificaciones de puestos en una brevet se quiera o no, también han trascendido, porque se quiera o no, superarse y superar es algo intrínsicamente unido a quien participa.
Estados Unidos por medio de su Asociación (UMCA) recuperaron la ultradistancia como disciplina ciclista con carácter claramente competitivo, naciendo la Race Across America (1982) y muchas más alrededor del mundo, naciendo en base a una normativa de prueba contra el reloj individual sobre distancias que atravesaban países.
La esencia de las brevets son la solidaridad en la propia prueba, la experiencia vivida, la búsqueda, libertad sobre una bicicleta que te permite viajar, en grupo, en excursión y respetando las normas de tráfico y de valores. La esencia de las pruebas competitivas, en cambio, es el rendimiento.
Una forma enlatada de larga distancia fueron los circuitos, pruebas de 24 horas que no respetaban en realidad ninguno de los principios anteriores, ya que no era una prueba individual y tampoco se mantenía la esencia de las Brevets, pero organizativamente viable y atractiva.
Francia fue pionera (24h de Le Mans) en este tipo de pruebas y muchos otros países, incluyendo España (24h Calafat, Cheste, Barcelona, Almería…), así como Italia (Monza) o Inglaterra siguieron por este cambio. A la vez crecía en Europa y en Estados Unidos el número de pruebas que atravesaban o rodeaban un país en el sistema de competición de contrarreloj individual.
La muerte del ciclista esloveno Juré Robic (septiembre de 2010), cuatro veces ganador de la RAAM e innovador en la forma de competir orientada al rendimiento y la profesionalización en pruebas de ultrafondo, provocó que a su funeral acudieran organizadores de pruebas americanas y corredores de toda Europa. Ese funeral fue el nacimiento de la Race Around Eslovenia, organizado por miembros del equipo de Jure en la RAAM y siguieron la Vuelta a Suiza, centro de Europa, la Race Around Austria, Race Across Italy, Race Around Germany, Race Around Ireland y decenas de pruebas con un sistema competitivo de contrarreloj individual que imitaban la estructura competitiva de la Race Across America.
En 2006 y 2007, yo había participado en Le Tour Ultime (4100 km), con furgoneta de apoyo, equipo, en modalidad de contrarreloj individual. Me había empapado de todo ello, y en la Race Across America 2008, contamos con una furgoneta alquilada, rotativos en el techo y megafonía para que el equipo me trasmitiera desde el coche las indicaciones de navegación a través de un país. En mi ilusión de trasladar todo eso a un evento en España, ideamos el Camino De Santiago en 24h, la Race Across Spain a nuestra manera como reto personal, con la intención de mostrar lo que fuera se consideraba un evento deportivo de esta especialidad.
A día de hoy siguen naciendo nuevos eventos de este tipo en España con la nueva Copa al amparo de la RFEC que ha integrado en su normativa esta especialidad. En otros países el sistema de competición de distancias superiores a 1000 km en la modalidad de contra reloj individual sigue creciendo, creando competiciones cada vez mejor organizadas y con especialistas cada vez más profesionalizados. No olvidar hacia dónde caminará, sin duda hacia el rendimiento, gracias a un mayor conocimiento de la disciplina.
En España a día de hoy resulta complicado hacer entender a los departamentos de tráfico de las distintas autonomías el sistema de competición. Sin duda, un sistema de competición que es la esencia del ultraciclismo competitivo y donde recordamos que se obliga: a cada corredor/equipo a respetar las normas de tráfico; a su equipo a ser capaz de navegar a través de una ruta con efectividad; al corredor a ser rápido; al equipo a asistir y al corredor a ser asistido; al esfuerzo y rendimiento individual; a los jueces a velar por la seguridad y a garantizar el cumplimento de la normativa; y, gracias a las nuevas tecnologías, un seguimiento atractivo online y en directo de este tipo de eventos apasionante.
Espero que más pronto que tarde y bajo el amparo de la RFEC y de la sensatez, se haga realidad 15 años más tarde una prueba en España con las características competitivas más cercana a la esencia de la especialidad.