Richie Porte pone fin en Guangxi a su ‘annus horribilis’

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Las salidas de BMC, con Porte, han sido las principales agitaciones del mercado. Foto: PhotoGomez Sport

«Llegará un año en que no le pase nada». Cuando se habla de Richie Porte, esa frase suele ser recurrente para decir que, por condiciones, el australiano tiene nivel para ser uno de los mejores y más completos corredores del pelotón. Pero siempre hay algo que le impide estar donde debería o le gustaría. Hay quien dice que la mala suerte te puede perseguir. Otros, que si ocurre tantas veces lo mismo ya deja de ser mala suerte para convertirse en una carencia. Cuestión de enfoques.

El caso es que esta mañana -hora europea- Richie Porte ha puesto fin en la segunda etapa del Tour de Guangxi a la temporada 2018 y, con ella, a su andadura en BMC. El ‘aussie’ se bajó de la bici en el segundo parcial, bajo la lluvia, aunque de momento el equipo no ha explicado la causa.

La cuestión es que este 2018 ha sido para él un año tremendamente duro. Ya de por sí era complicado volver al nivel que tenía antes de haberse caído bajando el Mont du Chat en el Tour 2017. Sin embargo, una victoria de etapa en el Down Under era la mejor muestra de que lo había conseguido o, al menos, iba en el buen camino. Ciertamente, cuando ha podido rendir su nivel no ha sido inferior al de otros años.

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Su caída del Tour 2018. Foto: ASO / Pauline Ballet

Pero aquí viene el problema. Tras ganar la Vuelta a Suiza y volver a enviar el aviso de que llegaba muy fino al Tour, de nuevo la Grande Boucle fue despiadada con él. Una caída en la etapa de Roubaix lo apartaba de la carrera después de toda una semana sin perder tiempo. Regresó rápido a la competición, en la Vuelta a España, con la vista puesta en Innsbruck.

Y ya en Málaga, a poco menos de 48 horas de la salida, no podía asistir a la conferencia de prensa inaugural por una gastroenteritis. Siguió en carrera, pero al segundo día ya se dejó 13 minutos en el Caminito del Rey. Después pilló un par de fugas, sin mucho más. Siempre pensando en tener un buen punto de forma para el Mundial… al que tuvo que renunciar por otra enfermedad. Guangxi era la última cita del calendario. La despedida de BMC, y una carrera que con el final de pasado mañana le podía venir más que bien. Pero en una etapa llana de poco más de 140 kilómetros ha tenido que abandonar.

El año que viene, Porte estará a las órdenes de Guercilena en el Trek-Segafredo. Para él es hora de empezar a olvidar este 2018 -con dos victorias, pese a la amarga segunda mitad- y centrarse ya en nuevos retos de cara al futuro.