Problemas del ciclismo español: la categoría continental tiene obligaciones pero no derechos (III)

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Foto: Manuela Fundación

La crisis del ciclismo español tiene un claro ejemplo en las dificultades que se viven dentro de una categoría que es clave en el desarrollo de los corredores: la categoría continental, una división creada para facilitar la transición entre los corredores que son amateurs y los corredores que son profesionales. En España solo hay un equipo en 2022 y no ha vivido una temporada sencilla.

Para no centrar el análisis de la categoría en lo sucedido con la estructura de Manuela Fundación, único equipo continental español en 2022, buscaremos una visión más global: esta categoría no está bien diseñada en España. En la actualidad vemos equipos organizados alrededor de una base española, pero que optan por otras nacionalidades para esquivar las exigencias legales, burocráticas y económicas. Electro Hiper Europa o Java Kiwi Atlántico son dos buenos ejemplos. Pero es que Manuela Fundación ha pagado todas las tasas para correr pruebas .Pro y se ha visto fuera de tres de las cuatro carreras de ese nivel dentro del calendario nacional.

El modelo francés, por ejemplo, es muy diferente. Desde el punto de vista económico es muy duro: un equipo continental francés puede ver sus gastos disparados casi hasta el millón de euros. Pero en contrapartida garantiza a todos los equipos que competirán en prácticamente todo el calendario profesional francés y, además, con buenas condiciones económicas. El modelo portugués, en cambio, no es tan duro desde el punto de vista económico, pero también garantiza unos 60 días. En Países Bajos o Suiza, en cambio, no hay sueldos mínimos obligatorios ni tampoco hay garantías de calendario. ¿Y en España? El problema de España es que nos estamos quedando a mitad de camino entre los dos modelos.

Dicho de otro modo, la categoría continental tiene sentido si no hay sueldos mínimos ni hay ningún calendario garantizado. También tiene sentido si hay sueldos mínimos y exigencias burocráticas, administrativas y deportivas y a cambio hay un calendario garantizado.

Lo que no tiene mucho sentido es que montar un equipo en España suponga una inversión mínima de 400.000 euros y a cambio uno no sepa nunca cuándo va a ser invitado a correr ni en qué condiciones tendrá que acudir a una carrera. No hay una correspondencia entre derechos y obligaciones, lo que hace que la categoría continental no sea una promoción de ciclistas sino de equipos. Sí, de equipos.

Si analizamos el pasado de Euskaltel-Euskadi, Burgos-BH, Caja Rural-Seguros RGA y Kern Pharma, todos tienen una características en común: fueron equipos continentales antes de subir a ProTeam. Es decir, la categoría continental les sirvió para aprender y pulir el proyecto antes de dar el salto al siguiente peldaño. Es evidente, por tanto, que no hay ningún equipo español que considere interesante estabilizarse durante años en la categoría continental. Ahora tenemos a Manuela Fundación. Y habrá que analizar lo que sucede en el futuro. Pero desde la Real Federación Española de Ciclismo tendrían que estar analizando pros y contras de una división que no es interesante, pero que es fundamental para otorgar a jóvenes talentos un calendario internacional y buscar que la base se amplíe y no quede limitada a WorldTeam y ProTeam.