Pissei Izoard Heavy Jacket: Dulcificando el invierno
“El invierno no existe si vas con la ropa adecuada.” Es una frase que más de una vez he espetado cuando alguien me mira raro al salir a desafiar al agua y al frío. Con los años, he ido buscando esas prendas que me permitan que esos días no me hagan quedarme en casa. Aunque no sean salidas largas (2-3 horas máximo) sigo disfrutando, incluso más al sentir como las gotas de agua caen por mis mejillas, o cómo salpica la rueda. Y todas estas estas sensaciones las tengo sin morirme de frío.
Es aquí donde encaja esta chaqueta de Pissei, la Izoard Heavy, una chaqueta para que el invierno no se nos haga en absoluto largo, y que nos permite disfrutar con un buen confort térmico incluso en condiciones climatológicas adversas. La marca italiana, nos la presenta como una chaqueta transpirable, cortavientos y resistente al agua, con una línea ajustada y cómoda.
¿Y lo es? Pues podemos decir que sí. En lo que llevamos de otoño en la zona en la que vivo (Vitoria-Gasteiz) hemos tenido ya de todo tipo de condiciones: Días de sol con mucha amplitud térmica, días de chubascos con temperaturas moderadas (16-17º) y días de perros entre chaparrones con 5-8º, y otros días de lluvias ligeras pero persistentes. En todos ellos la Izoard ha salido ganadora frente a estas inclemencias.
Ya hemos entrado de lleno en esos días más cortos en los que la oscuridad inunda más horas de luz. El color gris predomina en el cielo y la pereza se apodera de muchos de nosotros, por lo que tendemos a recluirnos en nuestras casas o encima del rodillo para escapar del frío, del agua y de esa falta de luz que nos impide tener más horas para rodar. Empezamos a mirar al cielo para que el tiempo “respete”, para que nos permita completar un buen número de kilómetros fuera del claustrofóbico rodillo y poder llegar en las mejores condiciones a nuestras citas de primavera y verano.
Dicen que el invierno dura hasta el 21 de marzo, pero que la primavera es caprichosa, y como bien decía Jarabe de Palo en su tema “Primavera que no llega”, hay años que simplemente le cuesta aparecer. En todo caso, nos vamos haciendo a la idea de que nos vamos a mojar algún día, y es mejor que nos equipemos convenientemente para ello.
La prueba de fuego para mí fue el día de escasos cinco grados centígrados y chaparrones. Iba ser una vuelta de dos horas y media o poco más pero sin llegar a las tres horas, con un puerto de salida y llegada a casa, y una zona rompepiernas intermedia. Salí pensando ”bueno, llevo el chubasquero si esto no aguanta, pero voy a ponerla al límite”. Y tanto que la exprimí.
Subía el primer puerto y el cielo se tornó negro, las gotas eran densas y de gran tamaño, notaba como el agua estaba fría y la temperatura bajaba. La típica película de gotas de foto de catálogo para demostrar que la prenda resiste el agua desaparecía al poco, quedando solo un película de agua sobre el rojo intenso de la chaqueta que probaba. Subiendo iba caliente, pero la siguiente pregunta era cómo iría en la bajada, cuando la velocidad se incrementa y nuestra temperatura corporal baja. La lluvia intensa duraría hasta el primer kilómetro de bajada, se quedaba atrapada en la montaña, el resto lo haría con el piso mojado pero con tímidos rayos de sol.
Para mi sorpresa iba bien, como si hubiera ido con chubasquero o incluso mejor. No iba empapado de sudor por dentro, y llegaba abajo seco por dentro y caliente, sin ir rogando otra subida para entrar en calor. La nube de lluvia seguía tras de mí, y el sol parecía animarse a salir. La chaqueta eliminaba la capa de agua densa y mi temperatura corporal seguía siendo cómoda. La nube volvía alcanzarme, y otra vez con gran intensidad. La carretera estaba casi anegada, y en este tramo los tejidos estaban empapados. Entonces hacía otro gran trabajo la parte sobredimensionada que cubre nuestros glúteos en la parte baja de la espalda, protegiéndolos del agua y manteniéndolos secos.
Ya no era tanta sorpresa el seguir sintiéndome como si todo ese agua no fuera conmigo, incluso iba como pidiendo más agua, con una sonrisa en la boca. “Venga dame algo más fuerte que esto lo aguanta todo”. La climatología no tenía mucho más que ofrecerme, salvo una ventana de sol antes de volver a mojarme otra vez en la bajada del último puerto, ya en las puertas de casa. Dos horas y cuarenta minutos, de agua, sol y frío; y como si nada. La chaqueta había superado todas mis expectativas. Sencillamente, increíble.
El resto de los días no me ha hecho falta llevar el chubasquero si salgo con esta Pissei Izoard, como en un gesto de total confianza hacia ella.
Los días más benévolos, esos en los sabes que el sol va a levantar la temperatura a lo largo de la salida, también funcionaba de forma precisa. Si me sentía agobiado porque me estaba exigiendo, abría las aperturas laterales de que dispone y se notaba un alivio en la temperatura interior. Lo que más me llamaba la atención de esos momentos es que comparando con otras prendas invernales es su transpirabilidad, no como en otras prendas mucho menos transpirables y que llegan a mojar la camiseta interior, incluso llegándose a ver la humedad en las costuras.
La Pissei Izoard estaba totalmente seca, por lo que en los descensos no notas ninguna incomodidad producida por el exceso de acumulación de sudor. Te aísla por dentro y por fuera, comprobado.
Puedo puntualizar que para optimizar el confort térmico, la prenda interior que elijamos ha de estar en consonancia, no llevaba la misma con 15º que los días de cinco grados y lluvia. En ambos casos eran ligeras y muy transpirables, cambiando entre una de manga larga o corta, y diferentes grosores.
El estilo de confección es ajustado, va muy ceñida a nuestro cuerpo, lo que hace mejorar la transpiración evitando que las bolsas de aire entren la capa interior y en las zonas de espalda o axilas donde se puede acular el sudor. Posee unas cremalleras en las mangas que hacen posible colocárnosla y quitarla fácilmente. Los bolsillos posteriores son elásticos y de un tamaño aceptable, lo que es una ventaja a la hora de acceder a ellos para depositar otras prendas complementarias, comida o cualquiera de nuestras otras pertenencias que llevamos encima.
Está disponible en tres colores diferentes (negro, rojo y un estampado gris y negro) así como otra versión en manga de tres cuartos , muy de moda ahora entre todas las marcas. Sus precios son de 228.90 euros la de manga larga que hemos probado, y la versión de tres cuarto es de 184.90 euros, ambas en consonancia con este tipo de prendas de marcas competidoras.
En resumen, la Izoard de Pissei es una chaqueta que te permitirá seguir salir saliendo durante esa parte del año más fría y gris, con unos niveles muy buenos de confort y comodidad, con un plus de elegante diseño, que merece la pena cada euro invertido sobre todo para aquellos que van a desafiar al invierno, mirarle a los ojos y decirle “yo no me voy a quedar en casa”.
Fotos: Oskar Matxin, Facebook
Laatste Ronde es el distribuidor oficial de Pissei en España, así como de otras marcas como Ridley, Eddy Merckx o Forza.
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