Mundiales: Van Vleuten gana un Mundial increíble

Mundiales: Van Vleuten gana un Mundial increíble

El entrenador de la NBA Rudy Tomjanovich lanzó una frase para la historia: «Nunca subestimes el corazón de un campeón». En el caso de Annemiek van Vleuten, no había nadie que pudiera apostar por ella. Y no por un tema de ser subestimada sino por una pura y dura cuestión física: salía con el codo roto tras su caída hace tres días. Y, sin embargo, ¡ganó el oro!

La holandesa había ganado el Giro, el Tour y la Vuelta en 2022. Y, por supuesto, era favorita para el Mundial. Sin embargo, se cayó en la crono mixta y se fracturó el codo. En la prueba de fondo en carretera, Annemiek van Vleuten arrancaba vestida más con los colores del equipo de la «momia» que con los de Países Bajos, puesto que llevaba medio cuerpo lleno de vendas.

La carrera, además, certificaba que Van Vleuten no era la más fuerte. Es más, intentaba ayudar a Marianne Vos a la que esperaba en el repecho final hasta que su compañera reventaba por completo. Por delante volaban cinco corredoras que se habían marchado a dos vueltas del final y repetían en el último giro: Lippert, Lonbo Borghini, Ludwig, Niewiadoma y Moolman. No había duda: eran las más fuertes. Pero el circuito australiano es traicionero: cuesta mucho escaparse, pero también resulta complicado neutralizar un pequeño hueco.

Las cinco fugadas volvían a dormirse en los laureles y permitían la neutralización a falta de poco más de un kilómetro por parte de un primer grupo perseguidor: Kopecky, Fisher-Black, Cecchini, Persico, Labous, Chabbey, Reusser, Sierra y Van Vleuten llegaban a la cabeza con la línea de meta ya a la vista.

La propia Van Vleuten fue de las últimas en llegar delante y se veía un sufrimiento extremo para mantenerse en la cabeza. Pero ahí surgió el corazón de campeón. Y la ciclista de Movistar no se lo pensó: atacó con fuerza y sin dudas, justo lo contrario que mostraron sus rivales. Todas dudaron y nadie quiso derrochar un gramo de fuerzas. Cuando quisieron reaccionar, Van Vleuten ya tenía la medalla de oro colgada de su pecho, un triunfo merecidísimo y que premia su trayectoria y su espíritu de intentarlo siempre y en todo momento, incluso en un día en el que no se podía levantar sobre el sillín, en el que no podía sprintar, en el que… sólo su corazón le puedo llevar al oro. Lotte Kopecky (Bélgica) y Silvia Persico (Italia) se llevaron la plata y el bronce.