Los límites de Remco Evenepoel

Los límites de Remco Evenepoel

Todas las disciplinas deportivas caen siempre en el mismo debate: dilucidar quién es el mejor jugador de la historia, la figura más relevante de cada deporte. Se trata de un debate estéril que no lleva a ninguna parte y que solo sirve para llenar páginas y crear contenido y para pasar el rato haciendo conjeturas.

El ciclismo no es ajeno a estas discusiones de barra de bar –en la actualidad, de hashtags y caracteres–. Que si Merckx es el ciclista más grande, que Induráin es el único que ha podido ganar cinco Tours seguidos, que Anquetil bla, bla, bla…

Cada persona tiene su opinión y sus argumentos, pero una cosa está clara, como ocurre con los protagonistas de las películas, la grandeza de cada ciclista depende en gran medida del nivel de sus rivales.

El debate ha alcanzado niveles tan absurdos que a día de hoy incluso se introduce en la ecuación a ciclistas que acaban de comenzar sus carreras deportivas. Tadej Pogacar fue encumbrado como el sucesor del “Caníbal” Merckx tras la espectacular actuación que brindó en la etapa del pavés el pasado Tour de Francia, algo que vino a reafirmar pocos días después en el agónico final de la Planche de Belles Filles. Y de pronto, camino al col du Granon, se quedó vacío y perdió el amarillo. Y por mucho que lo intentase en las jornadas siguientes, fue incapaz de soltar a un Jonas Vingegaard que ahora aparece como la gran amenaza de la dictadura de Pogacar. El esloveno tiene tan solo 23 años y está en sus primeros años de competición. Dejemos que compita tranquilo. Que gane lo que pueda y que también pierda.

Evenepoel: ¿clasicómano o vueltómano?

Remco Evenepoel es otro corredor que ha tenido que cargar sobre sus hombros el peso de las expectativas y de la opinión pública desde antes de pasar al campo profesional. El belga de Quick-Step tiene 22 años –uno menos que Pogacar– y hasta ahora solo ha corrido una gran vuelta, el Giro de 2021, carrera que no pudo terminar. Y, sin embargo, se decía de él que iba a marcar una época, que iba a arrasar, que no tendría rivales. Ahora mismo no podemos saber qué será de Evenepoel en las grandes vueltas, si será uno de los mejores vueltómanos del mundo o si ni siquiera podrá vencer en una grande algún día.

Hasta el momento no hemos visto nada de eso. Sí, hemos visto a un contrarrelojista extraordinario. A un ciclista que se desenvuelve de maravilla en vueltas de una semana en las que la montaña no es de una exigencia excepcional y en las que no se acumulan tantos esfuerzos. Y desde luego, hemos visto, y disfrutado, de un clasicómano espectacular. De esos que no temen arrancar la moto a sesenta de meta y que, cuando lo hace, no solo es capaz de plantarse en solitario en la meta, es que es capaz de desafiar a pelotones enteros.

¿Será Evenepoel el mejor ciclista de la historia? ¿Será siquiera el mejor clasicómano de la historia? Qué más da. Dejemos al chico seguir dando pedales y disfrutemos de sus locuras cada vez que se sube a una bicicleta, que en eso sí que es un crack. Todo lo demás es perder el tiempo en debates sin sentido.