La Vuelta, un desafío de gigante para Conor Dunne

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Conor Dunne. Foto: Aqua Blue Sport

Es el hombre más alto de la Vuelta a España, y también de la historia del ciclismo. Por encima de la barrera de los dos metros, 2,04, el irlandés Conor Dunne (1992, Aqua Blue Sport) es un verdadero gigante comparado con muchos de los corredores que se presentaron en la línea de salida de Nîmes. Debuta en una ‘Grande’ a los 25 años, y ha tenido que ser precisamente en la que peor se adapta a sus características.

Su altura le hace especialmente potente para rodar por terreno llano. Un verdadero ‘tanque’ devorando kilómetros. Pero en la Vuelta el llano es precisamente lo que falta, de ahí que esté sufriendo de lo lindo en esta carrera: “A ratos se me está haciendo horrible, pero estoy dando lo mejor de mí mismo”, dice con sinceridad.

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La diferencia entre Dunne, 2,04 y Chaves, 1,64. Foto: @CadelRoadRace

“Es un gran desafío a diario, cada etapa es durísima. Para mí es sobrevivir cada día, pero estoy atento para cuando pueda hacer algo especial”. Como, por ejemplo, meterse en la fuga de la jornada. Ayer lo hizo, precisamente, camino de Calar Alto. A día de hoy ocupa el último puesto de la general, pero al menos ayer se dejó ver y dio presencia a su equipo en carrera. Algo que sin duda en un cojunto como este, que está en la Vuelta por invitación, valoran positivamente.

El caso de Dunne es especial en todos los sentidos. Hasta el punto de que Ridley ha tenido que hacer una especialmente para él: “El cuadro es una talla 63, está hecha personalmente para mí. Las tallas normales no me quedan bien, soy demasiado grande. Así que es genial que desde la marca hayan hecho un modelo específico para mí. Me ayuda mucho poder tener una bici que se adapte a mis dimensiones”, afirma. El modelo es la Noah SL, el model aero de la firma belga y que usa el Aqua Blue Sport.

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Personalizando su Ridley. Foto: Niall O’Connor.

Sin embargo, el irlandés prefiere ser optimista sobre el camino que está recorriendo en esta Vuelta. Asegura que cuando uno sufre de esta manera, cuando el nivel es tan alto, uno va mejorando sus propias prestaciones: “Es así. Cada día vas al límite, el ritmo es muy alto. Cuando uno sufre a diario, cuando tiene que dar el máximo cada etapa, te vas haciendo más fuerte y para eso estamos”.

Tras la Vuelta a España, probablemente vestirá los colores de Irlanda en el Mundial de Bergen. Ahí el circuito es completamente distinto: más para clasicómanos, hombres potentes y que puedan pasar bien los repechos. Tal vez no lo veamos disputar las medallas, pero a buen seguro va a salir reforzado tras la Vuelta. De momento, ya ha superado el ecuador de la carrera. Varias decenas de corredores no pueden decir lo mismo ya este año.

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