La Vuelta a España: la organización y la policía tienen que meditar seriamente sobre el sistema de trabajo

La Vuelta a España: la organización y la policía tienen que meditar seriamente sobre el sistema de trabajo

El vídeo está dando la vuelta al mundo. Y eso es una pésima noticia para la Vuelta a España, pero también para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estadol. Para el que todavía no lo haya visto, un auxiliar de Jumbo-Visma es recriminado por miembros de la policía para que deje paso a un coche, de ahí pasamos a los empujones y el masajista es lanzado al suelo y reducido por cuatro miembros policiales. Y no es el primer altercado.

La realidad en el apartado organizativo de la Vuelta a España de 2023 es que estamos viviendo una edición negra desde el mismo inicio nocturno en Barcelona. Y cuando son tantos los problemas… es señal de que necesitamos de una reflexión colectiva, puesto que un incidente puede ser un hecho aislado, pero tantos problemas es un síntoma de que vivimos algo más grave.

Durante estas semanas hemos visto a un helicóptero lanzando las vallas de meta al suelo justo en el momento del sprint victorioso de Jesús Herrada. No hubo ninguna desgracia, pero no estuvimos lejos. También hemos visto a la policía apartar bruscamente a un auxiliar del equipo Cofidis que estaba en plena alegría viendo el triunfo de Herrada y que no generaba ningún problema de seguridad. En cambio, tuvimos que comprobar cómo Remco Evenepoel chocaba con una persona tras pisar la línea de meta y se abría una ceja. Y de remate la trifulca entre la Policía Nacional y Jumbo-Visma.

El auxiliar del equipo neerlandés cometió el gravísimo error de empujar al policía, algo que jamás debe hacerse con un miembro de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Pero hablamos de un trabajador de un equipo ciclista y no de un peligroso criminal, por lo que una reducción por detrás agarrándolo del cuello y lanzándolo al suelo mientras tres agentes le impiden levantarse del suelo no parece una respuesta adecuada y viene a certificar un dato: todos estaban demasiado nerviosos. ¿Por qué?

El problema va más allá de la anécdota. Un ciclista presente en la carrera ha comentado su malestar con Zikloland: «El gran problema es la falta de espacio en las líneas de meta. No se puede poner el final de una etapa donde sea y como sea y las personas que están allí deben tener claro cuál es el trabajo y la responsabilidad de cada uno. Al final, se está viendo que estamos jugando con fuego muchos días y no hay espacio para que nadie puede trabajar. Eso genera situaciones de tensión y la Policía Nacional no está gestionando bien esos nervios».

Esa misma fuente comenta que el malestar es generalizado e incluso señalaba haber tenido problemas en la misma meta en la que se produjo el problema entre Jumbo y la policía: «Todos deben entender que un ciclista pisa la línea de meta después de un esfuerzo de varias horas. En ese momento apenas puedes ni respirar. Y los auxiliares lo único que hacen es ayudarnos. En esa misma meta viví un momento de tensión cuando me desplazaron contra las vallas de mala manera. Eso no es de recibo. Al final, todos tienen que meditar bien quién es el protagonista: somos los ciclistas. Por eso y con ánimo constructivo creo que es necesario que haya un cambio de el planteamiento de las llegadas y una reflexión global. Si no hay espacio, se genera tensión y acabamos viendo imágenes muy malas. Pero incluso con poco espacio hay que generar más orden y una mejor comprensión de qué está haciendo cada uno en ese sitio y por qué hay que respetar a todos».