La UCI, el Mundial y el trato a las voces críticas

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Foto: @DLappartient

La historia más triste del Mundial de ciclismo de Australia tiene como protagonista a la Unión Ciclista Internacional y a un periodista, Iain Treloar, quien casualmente es una de las voces más críticas con el máximo organismo del ciclismo mundial. La realidad es que la UCI le ha prohibido en dos ocasiones el acceso y la acreditación en el Mundial.

El periodista Iaian Treloar ha cuestionado públicamente los vínculos de la Unión Ciclista Internacional y más concretamente su presidente, David Lappartient, con Igor Makarov, una persona que está sancionada por los gobiernos de Canadá y Australia por sus vínculos directos con la jerarquía rusa, pero que mantiene todos sus cargos en la Unión Ciclista Internacional y una estrecha y peligrosa conexión con su presidente. Las informaciones de Treloar cuestionan también la relación de ambos con un personaje oscuro como Gurbanguly Berdymukhamedov.

Ahora, en pleno Mundial, la UCI ha decidido bloquear la asistencia de Treloar al Mundial. El argumento es que solo pueden conceder tres acreditaciones por cada medio de comunicación. Lo curioso es que el centro de prensa está prácticamente vacío e incluso los responsables de las acreditaciones han reconocido que no conocen de ningún límite de credenciales por cada medio de comunicación.

En ese sentido, la Asociación Internacional de Periodistas de Ciclismo (AIJC) ha planteado su preocupación a la UCI sobre el tratamiento de Treloar. La UCI se excuda con argumentos muy pobres: todas las solicitudes están «sujetas a la evaluación y aprobación de la UCI». Y por supuesto insiste en el máximo de tres por medio de comunicación. Casualmente, el periodista que se quedó sin credencial es el más crítico con la UCI y con su presidente.