La polémica de UAE en la Vuelta y la gestión de los roles dentro de un equipo
El portugués Joao Almeida rajó al finalizar la etapa de la Vuelta a España. El líder de UAE vino a certificar que se había sentido muy solo en la ascensión final de Valdezcaray, una ausencia de gregarios que fue más que evidente para todos los que presenciaron la carrera por televisión… y que señalaba a sus compañeros de equipo y, especialmente, a Juan Ayuso. Pero vayamos más allá de la anécdota concreta de un día.
La realidad es que UAE tiene un problema en la definición de roles. El equipo de Mauro Gianetti es una máquina bien engrasada a la hora de ganar carreras, muchas carreras. Así están firmando registros de récord, con todos los ciclistas activados y con mentalidad ganadora. Eso es elogiable e indiscutible. Y también podemos confirmar que cuando Tadej Pogacar está en carrera, los roles están bien definidos y el esloveno marca el ritmo del bloque.
Pero esa misma máquina bien engrasada tiene un punto débil: el trabajo en equipo cada vez que no está Pogacar. A partir de ahí, todos esos corredores a los que se motiva a buscar victorias, no son capaces de escuchar las órdenes de sacrificio en el bien de un compañero. Y lo sucedido en la Vuelta a España de 2025 viene a certificarlo. Jay Vine, por ejemplo, ha buscado su triunfo de etapa. Y lo mismo podemos decir y multiplicado en el caso de Juan Ayuso.
Lo cierto es que la relación personal/profesional entre Almeida y Ayuso no es buena. Así de sencillo. Los roces vienen surgiendo desde hace años. Se habla siempre de aquel famoso Tour, pero los corredores han tenido otras rencillas en carreras en las que no estaba Pogacar y los dos sentían que debían ser el líder del equipo. Y ahí es donde figura la gestión de roles interna, algo en lo que está fallando UAE. En la Vuelta el caso tiene más dimensión mediática y, sobre todo, si Juan Ayuso levanta el pie en los primeros metros de cada ascensión final… en lugar de intentar apoyar a Almeida y luego se mete en escapadas y resuelve con insultante superioridad.
Con esas tácticas, UAE lleva tres triunfos de etapa y puede acabar sumando seis, siete o incluso ocho y, al mismo tiempo, garantizar que Joao Almeida es segundo en la general de la Vuelta. Pero, ¿es eso suficiente? Si en UAE creen que no van a ganar a Vingegaard, podría ser una táctica legítima para maximizar el rendimiento del equipo. Pero si piensan que tienen una pequeña posibilidad de llevarse en premio gordo, no tiene sentido estar peleando por triunfos parciales. Y así lo demuestra Visma, que no está intentando ganar etapas y que sí está arropando a Vingegaard. UAE debe definir la estrategia para la Vuelta y concretar los roles internos recordando la vieja frase: es mejor una vez rojo que cien colorado.