El martirio de Julián Arredondo: «Intenté regresar como cinco veces»

El martirio de Julián Arredondo: «Intenté regresar como cinco veces»

Vencedor en Rifugio Panarotta en el Giro 2014. Foto: Giro de Italia

Julián Arredondo (1988) dio sus últimas pedaladas como profesional en 2017, después de tres años de sufrimiento en la bicicleta y de alcanzar la cima ciclista en el Giro de Italia 2014, cuando ganó una etapa y la Montaña.

Arredondo formaba parte entonces de la extraordinaria generación colombiana que había irrumpido en el ciclismo. De hecho, el Giro de 2014 lo ganó Nairo Quintana por delante de Rigoberto Urán. En su primer año en la élite con el Trek-Segafredo, su carrera profesional era rosa y apuntaba alto. Sin embargo, su ascensión se rompió por una extraña y silenciosa lesión: el síndrome del piramidal, la compresión o el pinzamiento del nervio ciático.

Pero hasta llegar a aquel diagnóstico el colombiano vivió un via crucis. «Empecé a sentir que la pierna derecha no me funcionaba. Después del Giro fui a la Vuelta a España y tuve que bajarme en la etapa 15. En Europa me dijeron que era un problema de bruxismo; en Estados Unidos que biomecánica, pero finalmente fue el Dr. Contreras quien halló el problema, que le da a un ciclista entre 2000 y me tocó a mí«, afirma en una entrevista en la Federación Colombiana de Ciclismo.

Su victoria de etapa en el Giro de Italia 2014:

Campeón nacional junior en 2005, se hizo ciclista como amateur en Italia y dio el salto a profesionales con el Nippo en 2012. No tardó en destacar y fue el número uno del ránking UCI en Asia en 2013, vencedor del Tour de Langkawi por delante de Weening y Pardilla, lo que le dio el pasaporte al WorldTour de la mano del Trek-Segafredo.

Su 2014 empezó espectacular: ganó dos etapas del Tour de San Luis, fue quinto en la Tirreno-Adriático y 11º en la Flecha Valona, su debut en las Ardenas y el colofón llegó en el Giro, vencedor en el Rifugio Panarotta y de la Montaña. «No andaba, me hacía preguntas, pero finalmente descubrieron que tenía síndrome del piramidal que me estaba comprimiendo el nervio ciático. Intenté regresar como cinco veces y vi que no era lo mismo. En la vida se toman decisiones y decidí no seguir», destaca.

Siguió dos temporadas más de martirio en el Trek-Segafredo. Incluso debutó en el Tour de Francia en 2015, y lo terminó, pero se puede decir que aquella fue su última temporada completa. En 2016, solo disputó 44 días días de competición y regresó al Nippo al año siguiente; sin embargo, los problemas continuaron y su última carrera fue en marzo. «Es algo que no se ve pero se siente. Comenzamos a hacer procedimientos, me operaron y esperaba volver al pelotón pero comencé a entrenar, y después de dos o tres horas sentía los síntomas, no sentía el pie derecho, no sentía fuerzas, el médico me dijo que podíamos hacer una tercera cirugía pero no quise. Hasta 2018 intenté volver, sentía que podía pero después de cinco años de insistir y volver a caer, vi que no era algo bueno», explica.

Arredondo-Nippo-2017

Arredondo confió en corregir sus problemas. Foto: Nippo-Vini Fantini

Las operaciones incluso le postraron en la cama y le han repercutido en su vida diaria. «Fueron dos o tres meses sin poder caminar, tuve infiltraciones, mejoraba pero volvía a recaer en los síntomas. Gracias a Dios puedo trotar, pero cuando me excedo al otro día me duele mucho la pierna«, asegura.

Su balance del ciclismo, pese a todo, es positivo. «El Giro marcó todo, de ahí en adelante fue un nuevo comienzo, tenía muchas ganas de ser más profesional porque veía que cada esfuerzo valía la pena, pero por cosas del destino me pasó esto. Ahora ya tengo una nueva vida y del ciclismo solo tengo cosas bonitas», destaca. Y por eso quiere mirar con optimismo al futuro. «No tengo rencores, pero no eran cosas mentales sino que había problemas. Me criticaron, me dijeron que me había dedicado a la vida buena, pero había un problema detrás. De pronto regreso en el 2021, quiero comenzar con una escuela de niños entre 15 y 20 años e ir progresando a medida que vayan avanzando», concluye en la Federación de Ciclismo Colombiana.

Arredondo formó parte de una hornada colombiana que sigue en la cima del ciclismo mundial, algo que siente con orgullo. «Cuando veo todo lo que pasa con el ciclismo colombiano me viene la nostalgia. Tuve momentos de llanto, fue muy maluco, pero ahora me da alegría que después de la generación de nosotros llegó una nueva que pudo ganar el Tour de Francia«, concluye.

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