Juan Ayuso se baja en el Giro: tiempo de reflexión y de búsqueda de la salud

Juan Ayuso se baja en el Giro: tiempo de reflexión y de búsqueda de la salud

Juan Ayuso arrojó la toalla en el Giro de Italia de 2025. El ciclista de UAE se presentó en la línea de salida con un ojo casi cerrado por culpa del picotazo de una avispa. Si a perro flaco, todo son pulgas, lo cierto es que a ciclista enfermo… todo son más y más problemas físicos hasta el punto de que seguir compitiendo no tenía sentido alguno.

El Giro de Italia de 2025 será muy importante en la trayectoria deportiva de Juan Ayuso. No hay duda de ello. No ha cumplido sus objetivos y las críticas han sido muy ácidas, una situación nueva para el joven talento español que pondrá a prueba uno de los requisitos necesarios para ser un campeón: saber aislarse de la presión externa de aficionados, redes sociales y medios de comunicación. Pero, ¿hay motivos para ser críticos?

Lo primero que debemos decir es que Juan Ayuso no ha tenido salud y el análisis del rendimiento cuando no hay salud, nunca es justo. El alicantino lleva varios días con un golpe en una rodilla. Y en las vueltas de tres semanas, cualquier caída sin importancia… empieza a generar una descompensación en el organismo que deja secuelas. Se ha visto en tipos duros como Primoz Roglic y se ha visto en ciclistas todavía en formación como el propio Juan Ayuso. A veces, un cuerpo es capaz de darle la vuelta al problema… y a veces es, sencillamente, imposible.

El entrenador de Juan Ayuso, Íñigo San Millán, explicó en El País y dentro de una interesantísima crónica de Carlos Arribas su punto de vista: «La caída le ha roto. Tuvo una laceración profunda en la rodilla que necesitó puntos de sutura. Además, le causó un traumatismo que le produjo inflamación y acumulación de líquido sinovial. En una carrera por etapas cualquier caída fuerte y lesión es un hándicap, ya que la prioridad del cuerpo es regenerar el tejido perdido y curar la lesión y para ello “secuestra” muchos recursos energéticos. Etapa a etapa se va acumulando esa fatiga y su acumulación le ha hecho perder mucha capacidad física».

A partir de esa explicación física, Juan Ayuso debe comenzar su reconstrucción: en primer lugar, tiene que asumir esas críticas que por primera vez le han llegado. Además, tiene que aprender a controlar su ambición y las expectativas personales deportivas dentro de una estructura en la que hay un ciclista que es un referente mundial y no falla nunca (Tadej Pogacar) y otro prometedor que viene empujando muy fuerte (Isaac del Toro).

Y, por último, también debe analizar su preparación del año, con cuatro victorias en los primeros 16 días de marzo… cuando el verdadero objetivo no llegaba hasta la semana final del mes de mayo, es decir, dos meses después de que le viéramos volar en las clásicas de Francia y en la Tirreno-Adriático. Ese punto, hasta ahora ignorado, también debe ser analizado y valorado en un Giro en el que se está viendo de nuevo a tipos como Damiano Caruso ir de menos a más durante la temporada e incluso durante todo el Giro y certificando que a pesar de no estar en condiciones de ser aspirante a la maglia rosa, es posible rendir a un nivel altísimo si se consigue el pico de forma durante el objetivo y, además, se intenta economizar al máximo cualquier esfuerzo durante la carrera. Seguramente es muchísimo menos espectacular para el aficionado, pero más efectivo para el resultado.