Haimar Zubeldia, de ciclista a embajador: “No me ha quedado nada dentro”
Haimar Zubeldia (1977) tuvo su despedida soñada en la Clásica de San Sebastián como profesional. Pero eso no quiere decir que haya dejado de dar pedales. Al contrario. El ejemplar corredor guipuzcoano sigue vinculado al ciclismo como embajador de Trek Bicycle. Ahora pedalea sin dorsal y disfruta de su pasión desde otra perspectiva.
Veinte años, dos décadas, como ciclista profesional. Nada menos que 29 grandes vueltas, 16 ediciones del Tour, 12 de la Vuelta y una del Giro. Cinco veces entre los diez primeros del Tour, quinto en 2003, octavo en 2006, cuarto en 2007, sexto en 2012 y octavo en 2014. Y cuatro equipos: Euskaltel-Euskadi (1998-2008), Astana (2009), RadioShack (2010-2013) y Trek Factory Racing/Trek-Segafredo (2014-2017).
No muchos pueden presumir de su trayectoria.
Han sido dos décadas. Veinte años, desde los 20 a los 40 como profesional. Toda la vida. Cuando empecé, no había ni carreras para chavales. Eran rutas por el barrio, aquello me enganchó y fuimos creciendo poco a poco por las diferentes categorías.
Si echa la vista atrás, ¿se le ha pasado rápido?
Rapidísimo. Han sido años maravillosos. Sobre todo cuando llegas al profesionalismo, que es un sueño hecho realidad. Cuando pasé a profesionales, no pensaba que iba a estar tanto tiempo. Llevo media vida como profesional, ha pasado todo muy rápido, pero es señal de que has disfrutado y te lo has pasado muy bien.
¿Está orgulloso de su carrera?
Sí, he tenido una carrera longeva, no he tenido percances graves ni lesiones fuertes y he sido yo quien ha decidido cuándo dejarlo. Por eso siento que no me ha quedado nada dentro, no tengo ningún nudo en el estómago de haber tenido que dejar la bici por distinta circunstancias. He sido yo, lo he dado todo y eso era todo lo que tenía.
La última parte de ha sido vinculado a Trek, desde 2014 en su equipo propio. ¿Se ve desde dentro como algo más que un equipo ciclista?
Ellos desde el primer momento te hacen sentir así. Trek es una empresa familiar que fue creciendo, pero la idea de trabajar en equipo se transmite a los corredores. Nos hacen sentir como una parte más de la marca. Como una familia. Es su forma de trabajar y me parece un acierto; tanto los empleados como los corredores como el staff técnico nos sentimos partícipes.
Su filosofía es unir al aficionado y al equipo.
Eso es. Usan el equipo como herramienta para acercar y que se vea todo más cercano: que estemos todos unidos y las relaciones fluyan. He podido conocer la fábrica de Trek, en Wisconsin, desde dentro y lo cierto es que la filosofía me encanta. Ver que todos los trabajadores llegan en bici a la empresa le saca a uno la sonrisa. Se ven pocos coches en el párking, y luego cada uno al lado de su mesa tiene su bici allí. Es algo que me sorprendió y me parece bonito. Se fabrican bicis, pero aparte cada uno tiene la suya.
Acaba una etapa como corredor y empieza una nueva en Trek. ¿Puede explicar en qué consiste?
Uno cuando se acerca al final se hace idea de lo que tiene que hacer, pero luego se tienen que dar las circunstancias. En la fábrica hablé con Tim Vanderjeugd que está encargado del management de Trek Factory Racing. Le comenté la idea que tenía de hacer diferentes pruebas y les pareció bien. Hablé con Trek Iberia y todo ha ido muy rápido. Estaré como embajador de la marca, tanto en pruebas cicloturistas de carretera como de MTB. Hay algún proyecto más, y mi idea era estar vinculado al equipo pero estando más en casa. Si estás dentro de un equipo… ya he pasado mucho tiempo fuera.
Ya que es embajador de Trek, ¿qué puede decir de los materiales de Trek?
Que son primer nivel. Tienes bicicletas MTB para pequeños, bicis de ciudad y material de competición. Es de lo mejor que he probado en mi vida. Por suerte los últimos nueve años he estado vinculado a Trek. Todos sabemos que hablamos de una marca de primer orden a nivel mundial.
Y tienes el servicio de Project One para personalizar tu bici como quieras, eligiendo una gama de colores inmensa y hasta el montaje del grupo. Y con Bontrager abarcas zapatillas, cascos, ropa, potencias, manillares… Todo es de la casa.
No le faltan entonces bicicletas. Recientemente, recibió una mountain bike personalizada.
Sí, una Top Fuel. La diseñé yo a través del Project One. Le puse la tija telescópica porque la gente que venimos de la carretera… Te haces pero la posición es distinta, hay que adelantar más la mirada, hay cortados donde los ruteros somos de frenar y a veces lo que hay que hacer es ir a más velocidad.
¿Y cuál usa de carretera?
La Madone que me diseñaron para el Tour, la que he usado los últimos años, es la bici más polivalente. En la gama de carretera tienes la Émonda, la Domane y la Madone. Yo me quedo con esta última y, de hecho, estoy a la espera de recibir una personalizada también a través de Project One. Para un cicloturista es muy cómoda. Tiene el sistema IsoSpeed que te puede ayudar en malas carreteras porque te absorbe muchas vibraciones. El diseño es espectacular; si la ves, la bici te enamora. Tecnológicamente no ves un solo cable que vaya por fuera, todo está integrado, y luego tienes la opción de personalizarla. Puedes elegir desde ruedas de tres hasta siete, ocho o nueve, distintas alturas de llanta, distintos sillines y manillares. Puedes montar el manillar aero, o hay una versión un poco más pesada. Al ser una bici de primer nivel, a veces se disparan de precio, pero hay una versión ahora que pesa un poco más, visualmente es igual y sale más económica, al alcance de todos.
¿Cómo es su nueva vida familiar?
Mi mujer está encantada. Ellos sabían mi idea y siempre la han respetado. Mis dos hijas siempre me han conocido yendo y viniendo, y mi mujer como ciclista. Pero los años pesan también, y sabíamos que algún día llegaría este momento. Estoy más por casa y también aporto más, pueden contar conmigo para otras cosas. Ahora mismo, yo estaría en una concentración y no lo estoy. He elaborado una larga lista de cosas que tenía dejada para cuando me retirase. Estoy practicando deportes distintos como esquiar, mis hijas esquían y hasta ahora no podía ir con ellas. Salgo también más en MTB, que por estas fechas en la pretemporada se iba dejando. También he estado con los amigos en Sevilla en este último puente… Cosas normales que la gente de la calle hace pero nosotros tenemos que dejar de lado cuando eres ciclista profesional.
¿Esa lista está escrita, o son cosas que tiene en la cabeza?
Pues existe una pequeña libreta en la que he escrito esas cosas. Obviamente también hay otras que se quedan en la cabeza. Pero sí, muchas de ellas están por escrito.
«Nunca he sido de mirar atrás»
¿El Tour de Francia 2003 fue el punto de inflexión en su carrera?
Sobre todo vi que podía lograr cosas importantes. Aquel Tour 2003 vino de repente, incluso para nosotros. Mi objetivo de aquel Tour era aguantar el nivel la tercera semana, porque otros años había hecho dos semanas buenas pero la tercera iba para abajo. Se puede decir que el Euskaltel se dio a conocer en el mundo porque el Tour es un buen escaparate. Iban (Mayo) y yo despegamos.
¿Fue el Tour una obsesión durante esos años en los que se veía el podio de cerca?
Pienso que cuando ve que puede lograr cosas debe apostar por ello. Luego nunca se dio, no llegué a entrar en el podio aunque no he estado muy lejos. No me arrepiento de ello. Mi carrera la he enfocado a vueltas grandes, especialmente al Tour. Por mis características, es una de las que mejor me iba, porque es una prueba de resistencia. Hay mucho año y en otras carreras hemos hecho cosas, pero creo que en mi trayectoria mi nombre está asociado al Tour.
Después, en los últimos años sí que cambió su rol.
Sí, cuando di el cambio en 2009 al Astana sabía qué rol tendría en el quipo. Cuando hablé con Johan (Bruyneel) se trató esto. Descubrí otra faceta del ciclismo, cambiar de un equipo de gente de casa a otro más global. Aprendí mucho y aprendí lo que era trabajar para los demás. Fue un paso porque vi que mi ciclo en Euskaltel había acabado. Ese cambio me ha ayudado para poder estar más años como profesional, haciendo un trabajo distinto y aprovechando las oportunidades.
Dice sentirse orgulloso de su carrera deportiva, ¿pero le queda alguna espina clavada?
Ninguna. Nunca he sido de mirar para atrás. No cambiaría muchas cosas. Elegí un camino, y cuando despuntas incluso la prensa te marca los objetivos, pero luego el tiempo es el que te dice dónde estás. Yo admito que no soy un ciclista ganador, si miras mi palmarés no hay muchas victorias. Pero a base de sacrificio y trabajo los resultados llegan, y no todos tienen por qué ser victorias. Se necesita a gente que ayude a los que ganan. Luego durante el año hay momentos que puedes aprovechar para conseguir cosas. Es un mensaje que me gustaría transmitir a quienes están empezando en el ciclismo.
Zubeldia, con Iñigo Lizeaga y Joseba Arregi
La entrevista tiene un escenario elegido y apropiado: Trek Bicycle Store Donostia, en Hernani, regentada por Iñigo Lizeaga y Joseba Arregi. Su primera tienda fue en 2008 y abrieron una segunda, ya como Trek Store, en 2011. La actual es la fusión de las dos a partir de 2013.
Iñigo y Joseba lo tienen claro, Trek les ofrece “un producto de calidad muy alta, servicio, apoyo, respaldo”. La tienda tiene 400 metros cuadrados en dos plantas, dividida en taller, oficina, almacén y una doble exposición, Bontrager abajo, Trek arriba. Los dos se muestran encantados con dos embajador como Haimar Zubeldia y Markel Irizar.
Trek Bicycle Store Donostia ‘Azken kilometroa’
Polígono Industrial Akarregi, 1
Hernani
Teléfono: 943.24.71.41
E-mail: info@trekstoredonostia.com
www.trekstoredonostia.com
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De izquierda a derecha: Joseba Arregi, Haimar Zubeldia e Iñigo Lizeaga.
Horarios
Lunes-Viernes
9:30 – 13:30
16:00 – 20:00
Sábados:
10:00 – 13:00
Reportaje fotográfico de Oskar Matxin
“20 años de pocas palabras y muchos sentimientos”: Haimar Zubeldia dice adiós
