Gabriel Silva, el brasileño que manda en el Lehendakari

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Foto: Grupo Eulen

El calendario vasco es, sin duda alguna, el más importante en España. Y, ahora mismo, el ciclista que manda en ese calendario tan exigente es… brasileño. Gabriel Silva (1997) es el líder en el Torneo Lehendakari para alegría de un equipo Eulen que ha sabido dar un salto de calidad más que importante en 2018.

La ciudad de Chapecó se dio a conocer mundialmente por el triste accidente de avión protagonizado por su equipo de fútbol, el Chapecoense, un suceso en el que fallecieron 71 personas. El impacto emocional en Chapecó resultó muy grande. Y uno de los habitantes que más lo sintió fue Gabriel Silva, quien, desde entonces, se ha marcado como objetivo lograr alegrías internacionales en el deporte para su ciudad. Así pues, cuando se confirmó que finalmente Funvic no continuaría como equipo continental profesional, Gabriel decidió que su futuro debía pasar por Europa y por buscar una oportunidad en la élite. Eso fue lo que le llevó a afincarse en Euskadi y correr en el equipo Eulen.

Sólo tres semanas desde su llegada y ya es líder de Lehendakari. ¿Satisfecho? ¿Sorprendido?
Llevar este maillot es un gran motivo de orgullo. Sé que el País Vasco es una tierra de grandes ciclistas y el nivel es muy alto, por lo que ir líder es un motivo de alegría enorme tanto para el equipo como para mí. De todos modos, hay que ser consciente que esto no ha hecho más que empezar. De momento, puedo decir que es un premio a la regularidad, puesto que he sido 7º en Urretxu, 3º en Laukiz y 3º en Gorla.

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Foto: Grupo Eulen

Precisamente la regularidad, parece su mayor fortaleza. ¿Cierto?
Sí, es cierto. Además, siento que voy de menos a más. Sufrí mucho en Aiztondo, que fue mi primera carrera en Euskadi, pero el siguiente fin de semana ya fui 7º en la prueba del Lehendakari y el 22º en la del Euskaldun, aunque en esta última, creo que, porque tenía el dorsal tapado, los jueces no me incluyeron en la clasificación. Un fin de semana después conseguí ya subir al podio en el Lehendakari y fui 5º en el Circuito de Pascuas. Y, nuevamente, este último domingo he conseguido subir al podio en la subida a Gorla y mantener, una semana más, el maillot de líder. Estoy contento, pero no encantado, porque creo que podría haberlo hecho mejor. En Oteiza, por ejemplo, iba tercero detrás de los dos Lizarte y erré el camino, por lo que perdí un tiempo precioso.

En Aiztondo, la prueba de mayor nivel, no te fue tan bien. ¿Que le pasó?
Sinceramente, hacer bien Aiztondo no estaba en mis planes. Llegué de Brasil dos días antes de la prueba y aún estaba prácticamente con el jet-lag. Lo más duro fue acostumbrarme a la temperatura. Yo vengo de una de las zonas más frías de Brasil, pero justo ahora estamos en verano, así que el contraste fue muy grande. Aun así, en la última vuelta estaba en el pelotón principal. Pero a 5 kilómetros de meta me entró una pájara, como dicen ustedes, y lo pasé fatal. Conseguí terminar, pero quedé el 49.

En cambio, este pasado fin de semana fue tercero en una de las carreras más prestigiosas del calendario nacional: la Subida a Gorla.
Estoy muy contento. Tenía dudas porque no sabía si una subida tan explosiva iba a ser demasiado dura para mí. Y también tenía dudas por el clima. Se corrió con muchísimo frío y nunca me había enfrentado a eso. Pero, al final, me encontré muy bien e, incluso, hubo un momento en la subida final en la que me fui en solitario. Al final, no pude ganar y acabé tercero, pero no era la carrera perfecta para mí y el clima era el peor posible, así que la satisfacción es muy alta porque estoy mejorando paso a paso.

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Foto: Grupo Eulen

Repasando su trayectoria, en junior alcanzó buenos resultados, pero su gran explosión fue el primer año de sub23.
Sí, me inicié en el equipo Aprocicli Chapecó, con Evandro como técnico. Obtuve buenos resultados, como la subida del Río del Rastro, aunque es cierto que 2016 fue quizás mi mejor año. Hernanes Quadri me brindó la oportunidad de debutar en la categoría, en su equipo, el Dataro, y conseguí ser 3º de la general y primer sub23 de la Vuelta a Santa Catarina, la carrera de mi tierra, que fue una prueba muy dura. Posteriormente, conseguí ser 5º y primer sub23 en la Vuelta a Goiás. En esa vuelta estaba corriendo el único equipo continental profesional de Brasil, el Funvic- Soul Cycles, y llamé la atención de su mánager, Kid, quien me propuso entrar con ellos como stagiare. Ya con Funvic, viajé a China y conseguí entrar en el Top 15 de la general del Tour del Taihu Lake.

Y el año pasado corrió en profesionales e incluso debutó en el WorldTour al correr la Volta a Catalunya.
Sí, fue un año agridulce. El año pasado más que correr la Volta a Catalunya podemos decir que me dediqué a perseguir a los ciclistas profesionales. Si soy sincero, tenía sólo 19 años y no estaba listo para el reto. Como se dice en Brasil, ‘si te quieres comer un buey, lo primero es filetearlo’. En mi segundo año sub23 y casi sin experiencia en Europa, correr la Volta fue como querer comerme un buey entero de un único bocado. Cuando llegué a la Volta apenas había corrido una prueba y, además, era una challenge en Brasil, con cuatro días en un circuito totalmente llano y con distancias que no superaban los 80 kilómetros. De todos modos, me quedo con la parte positiva de la experiencia y sólo puedo tener palabras de agradecimiento para el equipo y para Kid por darme esa oportunidad.

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Foto: Funvic / Luis Claudio Antunes

Entiendo que fue complicado tener continuidad por las sanciones de la UCI que impedían competir al equipo.
Sí, se juntó un poco todo. Firmé con el equipo en 2017 y nos encontramos con varias sanciones de la UCI por lo que había ocurrido en 2016. El equipo se había regenerado por completo y había incluido muchísimos ciclistas jóvenes y toda una nueva filosofía. Éramos hasta siete nuevos sub23 en la plantilla. Pero nos quedamos casi sin calendario. Además, en Brasil apenas hubo competiciones y salir a correr a Europa o a Asia es terriblemente caro. Para acabarlo de arreglar, el equipo perdió varios patrocinadores, así que fue un año muy difícil para todos y, sobre todo, para los jóvenes que acabábamos de llegar, que estábamos felices de correr con un equipo profesional con pasaporte biológico y con una nueva mentalidad.

Volviendo al presente, ¿qué tal la experiencia con Grupo Eulen?
Estoy encantado, sinceramente. Vine sabiendo que iba a correr en un buen equipo, pero la verdad es que me ha sorprendido la estructura de Grupo Eulen. Tenemos todo lo que necesitamos. Además, el ambiente con los compañeros y con los directores y con el jefe, Ismael (Etxarri), es muy bueno. Y eso se está dejando ver en la carretera. Estamos consiguiendo muy buenos resultados como bloque y convirtiendo el Grupo Eulen en una familia, donde todos nos apoyamos y donde buscamos lo mejor para el equipo. Creo que hemos dado un salto de calidad y aún podemos seguir creciendo.

Para despedirnos, un tema importante: ¿cómo prefiere que le llamen: Gabriel Silva o Gabriel Machado?
Sí, ya me comentaron que hay un poco de confusión con mi nombre. En Brasil, al igual que en Portugal, el primer apellido es el de la madre y el segundo el del padre. Así que mi nombre es Gabriel Machado Silva y todo el mundo me conoce como Gabriel Silva, es decir, el nombre de pila y el apellido del padre, aunque vaya en segundo lugar. De todos modos, en España mucha gente me está llamando Gabriel Machado y para mí no es ningún problema, seguro que mi madre estará feliz.

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