El fútbol y el ciclismo se consolidan como deportes de equipos-estados

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Foto: ©ATCommunication / TDP

El mundo del deporte profesional está en conmoción por la reciente compra del Newcastle, equipo histórico del fútbol inglés que ha pasado a ser propiedad del Fondo Público de Inversión de Arabia Saudí. En otras palabras, hablamos de un nuevo equipo-estado. Y no es ninguna excepción en el fútbol… ni en el ciclismo.

Desde hace ya unos cuantos años son muchos los países de Oriente Medio que han pensado en desarrollar políticas de márketing exterior buscando alternativas para crecer en lo que se denomina el «soft power» (poder blando). Mediante esta técnica, los países intentan influir en otras naciones pero no a través de guerras o amenazas sino a través de armas mucho más sibilinas como la seducción.

En el fútbol es de sobra conocida la presencia de países en equipos de primer nivel como PSG o Manchester City. Esa conexión ha permitido a Qatar estrechar sus lazos con todos los políticos franceses al ser los propietarios de un equipo que, paso a paso, también se ha convertido en la bandera del fútbol francés. Esto ha provocado también fuertes críticas de los rivales por la ventaja que supone el uso económico de unos fondos que no están ligados al límite de los recursos propios y que convierten al PSG, al Manchester o pronto al Newcastle en máquinas de invertir (o gastar) dinero.

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Foto: LaPresse

En el ciclismo sucede algo similar, aunque con ciertos matices. El primero y principal es que los equipos llevan directamente el nombre del país: UAE y Bahrein son los mejores ejemplos. También podría citarse a Astaná, que fue el primero en aterrizar al ciclismo. Israel, en cambio, usa el nombre de la nación, pero es fruto del impulso de un empresario, Sylvan Adams, por lo que no encaja en ese esquema de equipo-estado.

En el ciclismo, por el momento, no se han visto envueltos en la polémica de gastar más que nadie y comprar a todo el que destaque generando recelos en los rivales. Es cierto que UAE puede ser uno de los equipos con más presupuesto, pero también lo es que Ineos está a la altura de UAE en cuanto a talonario se refiere.

Las organizaciones que luchan por la defensa de los derechos humanos han sido críticas con algunas de estas iniciativas y pidieron a la Unión Ciclista Internacional que estudiara muchos de estos casos. Lo cierto es que nunca se fue más allá y el ciclismo siempre ha abierto sus brazos a cualquier patrocinador que quiera unir su marca al deporte profesional, sin importar el grado de apertura democrática de cada nación.

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Foto: UAE

¿Hipocresía? ¿Gestión realista de lo que se puede y no se puede hacer en pleno siglo XXI? Sea lo que sea, los equipos-Estado llegaron al fútbol. Y también al ciclismo. Lo único evidente a estas alturas es que se trata de una moda que no está cerca del final y que vemos que sigue siendo imitada por otras naciones de Oriente Medio que buscan a través del deporte ampliar sus vínculos y conexiones en Europa.