El ciclismo, y el mundo, poscoronavirus: Nada será igual

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Foto: Movistar Team

El mundo sufre transformaciones radicales a lo largo de su historia: la consolidación de escritura o el descubrimiento de América son dos claros ejemplos. En los últimos años hemos vivido experiencias impactantes, pero pocas son de las dimensiones de la actual crisis del coronavirus. ¿Qué va a suponer en nuestra sociedad? ¿Y en el mundo del ciclismo? Nadie lo sabe. Pero intentemos esbozar algunas ideas de por dónde puede ir nuestro futuro.

El coronavirus es una crisis sanitaria que acarrea una crisis económica y que puede acabar generando una crisis política y social.

Pero vayamos con la primera, la que ya es una realidad: la crisis sanitaria. Pensar que la solución a los contagios será rápida y sencilla no parece un pensamiento racional. Seamos claros: nuestro futuro se dibuja ahora mismo en lo que sucede en China. Allí llevan una semana casi sin contagios nacionales y con el país retornando a la actividad. Pero sufren contagios de personas que llegan a China desde el extranjero. Eso hace que no se puedan relajar en la pelea contra el virus.

Estadísticas del COVID-19, el 26 de marzo (21:00 hora peninsular española):

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Foto: Twitter

Por eso mismo, dentro de dos o tres meses y siguiendo un escenario lógico, debemos estar viviendo esa misma situación en todos los países europeos. Desde el punto de vista médico, la pandemia debería estar controlada en los meses de julio-agosto-septiembre en España. Pero bajo ningún concepto se puede decir que en ese momento todo vaya a volver a la normalidad y mucho menos en un país con atractivo turístico como es España. Sinceramente, el mundo poscoronavirus no será igual que el mundo precoronavirus y es hora de ir asumiéndolo. Tampoco lo será el ciclismo poscoronavirus y sobre todo el ciclismo de 2020.

En el mundillo ciclista, ASO, principal organizador, ha sido el pionero buscando soluciones al principal problema que ahora mismo tenemos sobre la mesa: evitar aglemeraciones de personas. Los franceses organizaron una París-Niza al aire libre y a puerta cerrada, valga la paradoja. Y ahora se especula con esa misma opción para el Tour de Francia. ¿Es posible ese modelo deportivo: al aire libre pero a puerta cerrada? Pues curiosamente una de las debilidades del ciclismo es también una de sus fortalezas: no depender de la taquilla/venta de entradas. Veamos por qué el ciclismo puede ser al aire libre y a puerta cerrada mientras que otros deportes no lo pueden promocionar como vía de negocio estable en el largo plazo.

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Victorias sin público. Foto: A.S.O. / Fabien Boukla

El pago de entradas/socios

El fútbol(y muchísimos otros deportes) depende de los derechos de televisión. Pero cuidado porque las teles no lo son todo. El fútbol también depende del pago de las cuotas de los socios, de la venta de entradas y de la venta de productos que se hace a turistas/fans cuando visitan el estadio. Toda esa fuente de ingresos ha desaparecido. Como ejemplo, el Real Madrid CF presupuestó en 2018-2019 un 23% de ingresos por «socios y estadio», así que si sumamos una parte del márketing, podemos deducir que muchos clubes van a ver rebajados sus ingresos en un 35% sólo por el hecho de no poder abrir las puertas del campo para aglomeraciones de decenas de miles de personas.

Eso no influye a los equipos ciclistas y tampoco en gran medida a los organizadores de carreras. Nadie vive del aficionado a pie de cuneta. Pero es un duro golpe para la mayor parte de los espectáculos deportivos, incluidos los Juegos Olímpicos. La mayor parte de los ingresos de Tokio son por la venta de los derechos de televisión, pero la organización no se puede plantear la celebración de unos Juegos sin vender una sola entrada en ni uno de los deportes: se han construido estadios olímpicos, campos de fútbol, piscinas, campos de baloncesto con capacidad para albergar a miles de aficionados y es necesario vender todas esas entradas. Unos Juegos sin público serían una ruina económica y por eso no es viable en el corto plazo (verano de 2020).

La necesidad de ofrecer ocio a los espectadores

El mundo poscoronavirus será mucho más recluido que el actual. No todos los países van a salir rápido de la cuarentena ni hay garantía alguna de que no tengamos en el futuro más confinamientos en el caso de rebrotes del virus en alguna zona muy concreta. Ese tipo de mundo al que vamos, con menos movimientos, va a necesitar de ocio para los ciudadanos (y a ser posible de ocio gratuito, puesto que tampoco las economías familiares irán muy boyantes). En ese sentido, el ciclismo es un espectáculo capaz de llenar muchas horas de contenido televisivo durante muchos días, sobre todo, en el caso de las grandes vueltas. Esa es una gran ventaja, puesto que no se limita a 180 minutos.

El Tour, la carrera más meditática. Foto: Team Ineos

Por todo ello, es posible que el ciclismo pueda ofrecer un espectáculo al aire libre pero a puerta cerrada, es decir, bloqueando la presencia de público en salidas, metas o puertos… pero retransmitiendo por televisión todos y cada uno de los detalles de una carrera que envolverá a menos de 200 ciclistas que deberán pasar controles antidopaje, pero también controles anticoronavirus, exámenes médicos que también se ampliarán a todos los miembros de los equipos.

Incluso las audiencias televisivas pueden ser las mejores de la historia. Pero ese modelo no deja de entrañar los riesgos de que haya alguna persona contagiada en la caravana y que se repita la historia del UAE Tour. Entramos en un mundo sin certezas, salvo una constatación a la que debemos empezar a asomarnos: nada será igual.

Operación: Salvar el Tour de Francia 2020

El Gobierno de Francia habla de un Tour a puerta cerrada