Cuatro equipos profesionales, en la cuerda floja para 2022

La lista de la Unión Ciclista Internacional de los equipos que han superado el primer examen burocrático y económico deja claras dos consecuencias: hay cuatro equipos en la cuerda floja y, además, no aparecen en el horizonte nuevos proyectos que quieran incorporarse a la elite mundial. Las consecuencias económicas del COVID19 se dejan sentir, aunque sea con cierto retraso.

En la categoría WorldTeam hay una clara ausencia: Qhubeka-Assos. El equipo sudafricano ya ha explicado en un comunicado que no tiene la capacidad económica en estos momentos de presentar los patrocinadores necesarios para continuar con el equipo en 2022. Pero no ha arrojado la toalla. Siguen en pleno proceso de negociación con las diferentes marcas que se han acercado hasta la escuadra de Doug Ryder y que podrían acabar ayudándole a salvar el equipo en el último segundo, algo que ya consiguió hace un año.

En la categoría ProTeam las ausencias respecto a 2022 son tres: Delko es el que peor lo tiene. El equipo francés ha interrumpido todas sus actividades y es más que evidente que no continuará en el ciclismo de carretera el próximo año. Tampoco son más positivas las noticias alrededor de Vini Zabù. Se especula con que el patrocinador puede irse a apoyar al Intermarché y que la estructura italiana se reconvertiría en equipo continental o incluso amateur.

Foto: Sirotti / Vini Zabú

El último equipo desaparecido en la lista de la UCI es Androni Giocattoli-Sidermec. Este conjunto, gestionado por el veterano Gianni Savio, tiene firmado un contrato de patrocinio con una marca española y debería llamarse en 2022 Drone Hopper-Androni Giocattoli. De momento no aparece en el listado de equipos, pero es de esperar que sí lo consigan en las próximas semanas.

Por último, otro dato preocupante es que no hay nuevos proyectos ni para WorldTeam (en realidad no puede haberlos hasta finales de 2022, que es cuando volverán a otorgarse licencias por tres años) ni para ProTeam. El pelotón profesional, por tanto, será más reducido que el pasado año. Las consecuencias del COVID-19, como suele ocurrir en estos casos, no se notaron con fuerza a finales de 2020 pero sí parece que van a provocar una crisis a finales de 2021.