Carlos Canal y la necesaria conexión local en un deporte cada vez más globalizado

Carlos Canal y la necesaria conexión local en un deporte cada vez más globalizado

El ciclismo es un deporte cada vez más globalizado. No hay duda de ello y pueden mostrarse cientos de ejemplos. Pero el ciclismo también necesita mantener e incluso incrementar su conexión local, la raíz de la popularidad del deporte de las dos ruedas finas. Y lo vivido en la jornada del sábado con Carlos Canal y O Gran Camiño es el mejor de los ejemplos de un vínculo que jamás debe perderse.

La Copa de España elite y sub-23 arranca el domingo en Don Benito, Extremadura. En la línea de salida hay 182 ciclistas de 26 equipos diferentes. Todos son equipos españoles. Pero atención al dato: casi el 20% de los ciclistas son extranjeros. En resumen, tenemos a corredores de Irlanda, Chequia, Portugal, Italia, Eslovaquia, Polonia, Colombia, Gran Bretaña, Letonia, Estonia, Israel, Argentina, Chile, Australia, Venezuela, Estdos Unidos, Bélgica, Cuba y Brasil. Es decir, ¡19 países diferentes a España estarán representados en una carrera AMATEUR!

A partir de ese sencillo dato resulta imposible discutir el proceso de globalización que vive el ciclismo en todos sus niveles. Pero eso no puede hacer que se pierda la conexión local. La organización de O Gran Camiño marcó, de forma muy acertada, la salida de la tercera etapa en Xinzo de Limia, una localidad de 10.000 habitantes y donde tiene fijada su residencia una de las joyas del ciclismo español: Carlos Canal. La respuesta del público y el cariño hacia el corredor, hacia el patrocinador Movistar y hacia todo el pelotón no faltó en ningún momento en una localidad en la que hubo incluso pancartas con fotos del joven gallego. Y, además, Canal respondió en lo deportivo siendo segundo en una etapa en la que solo perdió ante Jonas Vingegaard, así que mejor, imposible.

Ese mismo fenómeno puede apreciarse en un evento tan exitoso como la Copa del Mundo de Benidorm de ciclocross. Es incuestionable el tirón de ciclistas como Mathieu van der Poel, Wout van Aert o Tom Pidcock. Pero la carrera alicantina cuenta con una segunda ventaja: la presencia en la línea de salida de un héroe local, Felipe Orts, quien vive a apenas 10 kilómetros, en La Vila Joiosa. Y eso genera un incuestionable fenómeno de arrastre y de identificación que el ciclismo no puede perder nunca. Es necesario crecer, es necesaria la globalización… pero no hay que olvidar la conexión con los ídolos locales si queremos que el ciclismo mantenga su conexión con el público.

FOTO: @Movistar_Team