Beñat Intxausti, la luz al final del túnel tres años después
Foto: Photo Gomez Sport
A mitad de febrero como estamos, todavía hay muchos ciclistas que no se han estrenado en el calendario competitivo. Cada vez menos, claro, con el avance de las carreras. Pero en esta Vuelta a Murcia habrá un debut especial. Distinto.
Beñat Intxausti regresa a la competición y lo hace con los colores del equipo de casa, el Euskadi-Murias. Todo eso después de medio año en el dique seco. La última vez que se puso un dorsal a la espalda fue en la Euroeyes Classic de Hamburgo, que no terminó. De hecho, en 2018 apenas pudo competir cuatro días y sólo acabó una carrera: las Hammer Series.
Por si fuera poco, también venía de otro parón de nada menos que siete meses. Parón oficial, porque el real fue mucho mayor. En el Tour de Guangxi 2017 sólo terminó una etapa, teniendo que bajarse en la segunda. Y en la Clásica de San Sebastián, que era su primera prueba del año -sí, el 29 de julio- tampoco consiguió terminar.
Foto: Euskadi-Murias
La última vez que compitió a su nivel fue la Volta a la Comunitat Valenciana de 2016, que finalizó en el tercer lugar del podio. Después tuvo que parar durante cuatro meses y ya no volvió a ser lo mismo. Inadvertido en el Tour de Eslovenia (123º), abandonó en Polonia y comenzó un infierno de casi dos años y medio por culpa de una mononucleosis que nunca terminaba de recuperar.
En una entrevista concedida al diario Deia, Beñat aseguraba encontrarse «muy bien» tras una pretemporada que ha ido «sin problemas» y ahora sólo quiere «entrar en carrera». En esta Vuelta a Murcia no llevará ningún objetivo ni presión. Para él, es como la luz al final de un largo túnel de tres años. Ahora, con la dudas y los nervios propios de quien no sabe qué se encontrará -en lo que a su estado físico se refiere-, regresa a la competición como referente de un proyecto radicalmente opuesto al de Sky. Estrellas frente a cantera. Presupuesto ilimitado frente a economía humilde y casi de guerra. Pero, ante todo, con los colores de casa.
