Alejandro Valverde, un campeón mundial muy peculiar

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Foto: Twitter

La victoria de Alejandro Valverde ha permitido que haya cientos de artículos glosando las virtudes del ciclista murciano. Pero en Zikloland queremos ir un paso más allá y hemos buscado la otra cara de la moneda: sus puntos débiles. Ese repaso nos permitirá conocer mucho mejor la grandeza del jefe de filas de Movistar.

Discutir la calidad de Alejandro Valverde es directamente estúpido. Pero resulta interesante preguntar a los que mejor le conocen por sus puntos débiles, puesto que esas flaquezas nos permiten conocerle mejor y, al mismo tiempo, poder admirar todavía más a un ciclista que con 38 años sigue amando la bicicleta y el ciclismo como el primer día. Este es el otro análisis de Valverde.

1. Vueltas o clásicas

Una de las críticas que Alejandro Valverde ha escuchado en más ocasiones durante su vida deportiva es la cuestión de la disputa de muchas vueltas por etapas y de muy pocas clásicas. Son muchos los críticos que argumentan que debería haber acudido a pruebas como París-Roubaix, pero sobre todo como el Tour de Flandes.

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Foto: Innsbruck-Tirol 2018 / BettiniPhoto

Un compañero de grupeta nos aclara: «Es un tema de constante discusión en las redes sociales, pero Alejandro siempre ha soñado con ganar el Tour de Francia o la Vuelta a España y nunca lo ha hecho pensando en Flandes. Esa generación de ciclistas empezamos a darle a los pedales soñando con ser Miguel Indurain y ganar el Tour. Es cierto que físicamente es posible que sea más un clasicómano que un vueltómano. Si lo analizas bien, en sub-23 era posiblemente el corredor más rápido de España. Pero él ya disputa muchas clásicas durante el año y su pasión son las vueltas. Al final, por mucho que se le insista, uno de los secretos de Alejandro como ciclista es que disfruta de su profesión. Y para eso tienes que seguir tu camino. Mucha gente no lo entenderá y seguirán criticándole. Pero sólo siendo tú mismo consigues estar con 38 años montado en una bici y con la motivación que tiene Alejandro».

En ese mismo sentido fue muy famosa una entrevista de Valverde en el semanario Meta2Mil en el ya lejano 2003. Allí afirmó: «La Copa del Mundo no es algo que me motive de forma especial. Sinceramente, me motiva más lo que pueda hacer en la Vuelta a Murcia que en la Milán-San Remo. Ya sé que puede sonar una barbaridad, pero corro en casa y el recorrido que han diseñado este año me gusta muchísimo. Es como lo que decía de los sprints. En teoría debían ser mi terreno, pero yo me veo más luchando por las generales de vueltas«.

2. Entrenamiento

Otro de los puntos débiles de Alejandro Valverde es su incapacidad para llevar un entrenamiento sistemático. Pero como todo lado negativo… tiene su parte positiva: «Alejandro es incorregible. Él no sabe hacer un entrenamiento sistemático y científico. Una vez vino de unas vacaciones largas, montó en bici el primer día y nos reventó a todos, a pesar de que llevábamos muchos más kilómetros que él. Ir tranquilo no va con su personalidad. Para él, entrenar es salir con la grupeta y no parar hasta que pueda reventar a todos varias veces cada día».

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Foto: PhotoGomez Sport

Ese compañero de fatigas añade a continuación: «¿Es eso malo? Tiene una parte negativa, eso está claro. Por ejemplo, estar tan pegado a la grupeta de Murcia hace que le cueste más en puertos que superan los 2.000 metros de altura, puesto que es algo que no puede trabajar en casa, pero sobre todo le cuesta en días donde hay una velocidad crucero muy alta y sin cambios de ritmo. Alejandro jamás entrena así. Él entrena con constantes ataques y parones porque es como se va en una grupeta. Por eso lo peor para Alejandro es que haya mucha velocidad constante durante muchos kilómetros».

El compañero de pelotón añade: «También tiene su parte positiva. Si lo piensas bien y tienes decenas de casos para comparar, no hay nadie que pueda llevar un entrenamiento como el del modelo Sky hasta los 38 años. Ese tipo de exigencia física y psicológica, de presión en los entrenamientos, de trabajos con concentraciones en altitud desde noviembre, de preparación hiperprofesionalizada… te permite una mejora de rendimiento a corto plazo. Eso es indiscutible. Pero también va dejando huella en forma de cansancio psicológico. Todo eso Alejandro se lo ha ahorrado. Nunca ha vivido ese estrés. Tal vez con otro sistema de entrenamiento podría haber rendido más. Pero no estaría montando en bicicleta con el nivel actual. Eso está claro. En plan de broma siempre habíamos pensado que Alejandro sería un día campeón del mundo en master30. Pero ahora ya vemos que no va a dejar la bici antes de llegar a los 40, así que mejor que sea campeón mundial de profesionales, ¿no?».

3. Presión

Uno de los puntos más complicados para cualquier deportista profesional es manejar la presión: «Siempre te pones nervioso. Antes de cada gran carrera hay mucha tensión. Algunos lo llevan mejor y otros lo llevan peor. Al final, esos nervios son otro de los factores que dejan huella. Alejandro es bueno manejando ese aspecto. El siempre lo ha sabido llevar bien, pero es mucho más fácil para él correr como en este Mundial. En la Vuelta había terminado un poco más flojo de lo habitual y los rivales podían pensar que en el Mundial no iba a estar al ciento por ciento. Pero eso ha sido un gran error.

Con dos semanas desde la Vuelta, estaba claro que Valverde iba a llegar con el mejor golpe de pedal y sin la presión de ser el candidato número 1 a ganar. Era uno de los favoritos pero no el hombre al que todo el mundo señalaba como insuperable. Cuando está muy señalado, como cualquier persona, acaba acumulando demasiado estrés y en carrera se maneja peor. Esta vez todo le fue a las mil maravillas y, además, no hizo frío ni lluvia, que tampoco son elementos que le vayan demasiado bien».

Esta es la otra cara de Alejandro Valverde, el nuevo campeón mundial y el hombre que ha conseguido -si no lo había logrado antes- formar parte de la historia indiscutible del ciclismo universal.