Sierra de Gredos, origen de La Vuelta 1983 de Hinault
Foto: Vuelta a España / Unipublic
En los primeros kilómetros de la etapa de hoy, los corredores ascenderán el Puerto de Serranillos. Cuando lo hagan, se encontrarán en el lugar exacto en el que Bernard Hinault logró dar la vuelta a la 38ª edición de la ronda española en 1983.
Fue durante la 17ª etapa, con salida desde la Plaza Mayor de Salamanca. En el menú del día figuraban cuatro puertos: Peña Negra (el último ascenso de 1ª categoría de hoy), El Pico, Serranillos y La Paramera. Ese día, Hinault partía con 10” de retraso sobre el líder, Julián Gorospe. El desenlace de esa etapa era la última esperanza del campeón francés.
Y sucedió: Gorospe se presentó en la meta del velódromo de Ávila 20 minutos después de que el bretón lograra imponer su punta de velocidad ante Marino Lejarreta y Vicente Belda. Se hundió en el ascenso a Serranillos por un golpe de fuerza del joven Laurent Fignon, al servicio de su líder, el ‘tejón’ bretón. En los debates históricos sobre La Vuelta, la etapa de Ávila del 6 de mayo de 1983 ha quedado marcada como una de las grandes hazañas desde que existe la prueba (1935). Quizás la más grande. Destaca tanto desde el punto de vista geográfico como histórico.

Gorospe, hundido en la Sierra de Gredos. RTVE
Para devolverle el prestigio a una Vuelta tocada por la complicada edición 1982 (la primera en la que el ganador -Ángel Arroyo- fue desposeído del título por dopaje), la organización sedujo al cuádruple ganador del Tour de Francia y campeón del mundo Giuseppe Saronni. Hinault, batido en el prólogo de Almussafes por su compañero de equipo Dominique Gaigne, partió con el viento a favor, pero sufrió las consecuencias de un brusco cambio meteorológico que se produjo en el momento en el que los favoritos tomaban la salida.
El francés sólo aguantó un día de amarillo, tras hacerse con la prenda en Castellar de Nuch (etapa 5). Fue desposeído, al día siguiente, por Marino Lejarreta que se vistió de líder por primera vez, a pesar de haber sido proclamado vencedor – a posteriori – de la edición anterior. Las cosas fueron a peor y el francés perdió 2’13” sobre su rival en la cronoescalada con final en Panticosa (etapa 8).
Julián Gorospe, Alberto Fernández, Álvaro Pino y de nuevo Julián Gorospe fueron liderando sucesivamente la clasificación general. Y entonces llegó Ávila y todo quedó en un duelo entre Hinault y Lejarreta.
La Vuelta 1983 abrió camino a una nueva generación de ciclistas españoles como ‘Perico’ Delgado o Miguel Indurain. Hinault la recuerda como “la victoria que más le costó conseguir” entre las diez Grandes Vueltas que atesora, sobre todo porque no esperaba un nivel tan alto por parte de los corredores nacionales.
Le dolía la rodilla y forzó tanto que tuvo que pasar por quirófano y descartar el Tour de Francia que terminó ganando su mejor gregario en La Vuelta. Laurent Fignon había terminado séptimo en la general y confirmó que tenía las piernas listas para ganar una grande.
Con la aparición de Fignon, La Vuelta 1983 marcó el divorcio entre Hinault y su director deportivo, Cyrille Guimard, que llevó a la creación del equipo La Vie Claire de Bernard Tapie. Una formación que Dave Brailsford, director general del Team Ineos, describió a principios de este año como “la pionera del ciclismo actual”, por la revalorización que supuso en los salarios de los ciclistas. Quizás alguien tenga que explicarles a los corredores que tomen la salida en Arenas de San Pedro todo lo que le deben a la Sierra de Gredos.