Tour de Francia 2018: Las 9 trampas que teme Froome

Tour de Francia 2018: Las 9 trampas que teme Froome

La etapa del pavés, la más temida de la primera semana.

Habitual terreno de supervivencia para los hombres de la general y de lucimiento de los sprinters, la primera semana del Tour de Francia 2018 contará con varios alicientes: el riesgo del viento, una crono por equipos, cierta media montaña y una gran jornada de pavés marcarán unos primeros días que el cuatro veces campeón, Chris Froome, ha definido como «días extremadamente cruciales», en los que «no puedes ganar el Tour, pero sí perderlo totalmente».

Preguntado en la BBC si cada año el Tour parece proponer recorridos que le pongan más a prueba, el que aspira a ser quíntuple vencedor de la carrera en 2018, Froome, asintió: “Estoy de acuerdo con ello. Cada año parece parece que se está poniendo más difícil y cada año he tenido que ir adaptándome, igual que el equipo. Cada Tour de Francia que he ganado ha sido una historia completamente distinta. Esto es una de las cosas que hace el Tour más exigente, que no sea siempre lo mismo. En este caso, creo que estos primeros nueve días en el norte de Francia pueden ser extremadamente cruciales. No es una parte del Tour donde puedas ganarlo, pero puedes perderlo totalmente”, afirmó el británico.

La primera amenaza a la que tendrán que exponerse los corredores en los primeros días es al viento. La región del Vendée acoge el lanzamiento del Tour la carrera parte de la isla de Noirmoutier, para dirigirse para el final de la primera etapa hacia Fontenay-le-Comte, con gran parte del recorrido costero. La segunda etapa será más interior entre Mouilleron-Saint Germain y La Roche-sur-Yon, pero la posibilidad de abanicos estará muy presente.

Seguidamente, en la tercera etapa, la Grande Boucle ha continuado con su tradición de incluir contrarreloj por equipos en el recorrido en años alternos, y tras un año de ausencia vuelve la crono grupal con 35 kilómetros alrededor de Cholet. Aún lejos de los 50 o 60 kilómetros que se vivían no hace tantos años, el kilometraje aumenta ligeramente de los 28 de Plumelec 2015, los 25 de Niza 2013 o los 23 de Les Essarts de 2011, cronos resueltas todas ellas por diferencias mínimas.

El perfil final de la 5ª etapa.

El perfil final de la 5ª etapa.

La carrera seguirá desplazándose hacia el Norte siguiendo la costa atlántica, entrando en plena Bretaña con una cuarta etapa entre La Baule y Sauzeau que se espera más llana y favorable a un sprint final que la quinta, con salida en Lorient y final en el repecho de Quimper tras superar cinco cotas considerables (entre 1,5 y 3 kilómetros a medias alrededor del 6%) que dejan un final digno de clásica.

Tampoco será terreno de velocistas la sexta jornada, con doble subida a Mur-de-Bretagne, que también albergará la meta donde Alexis Vuillermoz logró la victoria de etapa en 2015. Sus 2 kilómetros al 6,9% de media, sobre todo por unas rampas iniciales de más del 10%, no son baladí y dan rienda suelta a los potentes cazaetapas que siempre quieren brillar en la mejor carrera del mundo.

El Mur de Bretagne, dos veces.

El Mur de Bretagne, dos veces.

Sin descanso, el Tour seguirá avanzando hacia el nordeste en la séptima, la más larga de esta edición. Además de su distancia, se espera rompepiernas, cruzando los parques naturales de Normandie-Maine y Pérche en los 231 kilómetros entre Fougères y Chartres. Antes de la la amenaza final, la octava etapa sí que se puede esperar más tranquila entre Dreux y Amiens. Los velocistas tendrán su oportunidad.

Porque en la novena etapa, justo antes del día de descanso, llega el temido pavés. Nada menos que 21,7 kilómetros adoquinados repartidos en 15 tramos (bastantes más que que los 13 kilómetros de las últimas veces que el Tour ha entrado en la zona) camino de la localidad de Roubaix, incluyendo algunos tramos determinantes de la famosa clásica como Mons-en-Pévèle (aunque solamente se harán 900 metros).

Por las bajas por accidente y por la gran actuación de Vincenzo Nibali, una etapa parecido empezó a decidir la edición del Tour de 2014, y es por eso que Froome, que aspira a su quinto triunfo en 2018, sabe de la importancia de esta etapa. “Por ahora no tengo ningún plan de hacer la París-Roubaix, pero está claro que el Tour va a incorporar algunos de sus tramos y deberé ir a reconocerlos al Norte de Francia y Bélgica para hacerlos yo mismo antes”, afirma, consciente de lo clave que puede ser este primera semana llena de trampas.

Las nueve primeras etapas:

  • Sábado 7 julio. 1ª etapa: Noirmoutier-en-l’Île – Fontenay-le-Comte, 189 km
  • Domingo 8 julio. 2ª etapa: Mouilleron-Saint Germain – La Roche-sur-Yon, 183 km
  • Lunes 9 julio. 3ª etapa: Cholet – Cholet, 35 km CRE
  • Martes 10 julio. 4ª etapa: La Baule – Sarzeau, 192 km
  • Miércoles 11 julio. 5ª etapa: Lorient – Quimper, 203 km
  • Jueves 12 julio. 6ª etapa: Brest – Mur-de-Bretagne, 181 km
  • Viernes 13 julio. 7ª etapa: Fougères – Chartres, 231 km
  • Sábado 14 julio. 8ª etapa: Dreux – Amiens, 181 km
  • Domingo 15 julio. 9ª etapa: Arras – Roubaix, 154 km

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