El pelotón disfruta del primer día de descanso de esta Vuelta a España en Salamanca. Una jornada que abre, aunque no haya competición, la segunda semana natural de la carrera, que deja definitivamente el sur del país para pasar al norte a través de Castilla y León y Galicia.
Seis etapas donde hay un poquito de todo: dos días en que teóricamente podría haber un sprint, una jornada de media montaña y, para el fin de semana, un menú con tres llegadas en alto en lugares diferentes y con recorridos muy distintos entre sí. Todo empieza mañana martes con la salida en Salamanca para llegar a Fermoselle, ya en la provincia de Zamora. Una etapa plana con sólo un puertecito de 3ª… pero en un lugar donde el viento puede dejarlo todo roto. Siempre que haya ánimo y ganas, claro.
El miércoles la carrera entra en Galicia a través de Luintra, la localidad de la Ribeira Sacra que ya albergó final de etapa en 2016 con victoria de Simon Yates. Una etapa de media montaña, con cuatro puertos puntuables y un terreno realmente incómodo. Muy probablemente sea día para una escapada numerosa, aunque tampoco es descartable que, si hay gas, algunos de los hombres de la general peleen por la victoria de etapa.
Para el jueves llega una de esas jornadas «llanas» que terminan sacando más de 2.000 metros de desnivel. La Estaca de Bares presagia un… ¿sprint? Tal vez. En cualquier caso no será realmente masivo, porque el terreno previo es bastante duro. Y de ese modo se llega al viernes, la decimotercera etapa con final en La Camperona. La cima del valle minero de Sabero sigue ganando notoriedad desde que se descubrió en 2014 -la Vuelta viene cada dos años desde entonces, y la Vuelta a Castilla y León también la subió en 2017- y volverá a dejar unos cuantos segundos de diferencia entre los favoritos.
Es cierto que esta vez la etapa es más dura que en 2016, cuando fue totalmente plana y después ‘patapúm para arriba’, pero también es la más accesible de las tres en el terreno previo. Los dos días en Asturias seguro que entrañan una complicación mucho mayor. Porque en Praeres de Nava, el puerto final -casi cuatro kilómetros con rampas del 20%- es más bien lo de menos. Peor se antoja todo el terreno previo sembrado y salpicado de puertos.
San Isidoro (2ª), Colladona (1ª) y Mozqueta (1ª) se suben en prácticamente 60 kilómetros. Luego se afronta la subida, con menos entidad, a la Falla de los Lobos (3ª) antes del último puerto. Y para el domingo, un clásico como los Lagos de Covadonga como Dios manda. Con su paso por Cangas de Onís. Con su mirador del Fito (1ª), pero esta vez endurecido porque es doble paso. Sin duda el puerto de más entidad de la semana, el coloso asturiano donde Nairo Quintana apuntaló su Vuelta 2016.
En definitiva, una semana donde habrá un poquito de todo y de la que debe salir, ya sí, un panorama mucho más claro de cara a la general de la Vuelta.
Recorrido:
10ª etapa: Salamanca – Fermoselle. 177 kms. Llana
11ª etapa: Mombuey – Ribeira Sacra. 207 kms. Media Montaña
12ª etapa: Mondoñedo – Faro de Estaca de Bares. 181 kms. Llana
13ª etapa: Candás – La Camperona. 175 kms. Final en alto
14ª etapa: Cistierna – Les Praeres de Nava. 171 kms. Montaña, final en alto
15ª etapa: Ribera de Arriba – Lagos de Covadonga. 178 kms. Montaña, final en alto