Las clásicas de las Ardenas son como el salón del trono para Alejandro Valverde. El murciano está ya a sólo una victoria de igualar a Eddy Merckx, aunque todavía se le resiste la Amstel Gold Race. Al filo de los 38 años, el ‘Bala’ regresa una vez más a esas dos carreras en las que es tan difícil de derrotar.
Son cinco victorias en la Flecha Valona y cuatro en Lieja, y de momento quiere más: «Mientras vaya ganando, voy a seguir«. Y el Mur de Huy es como si alguien lo hubiese pensado especialmente para él. De ahí que ya lo haya hollado cinco veces: «Creo que me va perfecto a mis características. Intento asegurarme de que nadie se vaya, mido distancia y luego ataco. Si estoy delante en los últimos 200-250 metros, es difícil ganarme. Es donde pongo el límite de distancia. Y Lieja también tiene un final duro que me gusta», continúa.
«En 2005, cuando corrí por primera vez allí, fui bien hasta los últimos 15 kilómetros. Pero no me posicioné bien ni tanía confianza. A lo largo de los años, con la experiencia logré ponerme donde estoy ahora«, argumenta. Entre su primera victoria en las Ardenas y la última han pasado nada menos que 12 años.
Foto: Movistar Team
Si tiene que elegir un tipo de carrera, prefiere que se vaya rápido desde el pelotón: «Una carrera exigente me beneficia. También es más duro para mí, pero lo hace todo más fácil en la parte final. Mis rivales han hecho también un esfuerzo y me es más fácil posicionarme».
«Me tengo que adaptar cada año, dependiendo de las condiciones de la carrera y lo que hagan mis rivales», explica un Valverde que este año va a estar acompañado por Mikel Landa y Marc Soler, entre otros, en las cotas valonas: «La idea es estar siempre bien colocado, protegerse del viento y empezar delante en las cotas», dice.
Tal vez sea el año 2018 cuando caiga un récord que tiene ya más de cuatro décadas. Con una más, el ‘Bala’ igualará a Merckx. Y si gana dos de las tres, lo superará y se convertirá en el mejor corredor de la historia del Tríptico de las Ardenas.