Habían pasado unos 30 kilómetros de etapa cuando el pelotón del Tour se ha encontrado con una protesta en la carretera por la que tenía que transitar el pelotón. Un acto reivindicativo por parte de agricultores ha hecho que el director, Christian Proudhomme, haya tenido que detener la carrera por unos minutos.
La policía ha dispersado a los manifestantes utilizando gas lacrimógeno, lo que habría afectado también a algunos corredores, aunque sin problemas de gran consideración.
Después de unos cinco minutos de parón, la carrera ha reemprendido la marcha de forma neutralizada y, poco después, se ha dado una nueva salida lanzada, ya sin más altercados.