La novena etapa del Tour de Francia significará el regreso de la alta montaña, por lo que los aficionados no pueden perderse un día que tendrá su salida en Saint-Leonard-de-Noblat y su meta en la cima de Puy de Dome. En total, serán 184 kilómetros y cuatro puertos puntuables, uno de ellos de categoría Especial.
El máximo responsable deportivo del Tour de Francia, Christian Prudhomme, ha comentado sobre la novena etapa del Tour de Francia: «Nadie duda de que la emoción de regresar al Puy de Dôme treinta y cinco años después abrirá la sed de victoria de los escaladores de pura cepa». Y es que esa es una de las novedades del día: el Puy de Dome es un puerto tan duro como difícil de poder ascender por cuestiones medioambientales, puesto que la zona es considerada como patrimonio de la Humanidad y hoy veremos todas las dificultades existentes para que se permita a las personas acompañar a los ciclistas en los kilómetros finales. Dicho de otro modo, volveremos casi a los tiempos del ciclismo de pandemia.
Prudhomme añadió: «El relieve accidentado de Auvergne garantiza el desgaste de las piernas de los aspirantes antes del asalto de esta cumbre temida y majestuosa. En los últimos 4 kilómetros, para rematar una jornada con 3.600 metros de desnivel acumulado, la media de la pendiente roza el 12%«. Lo cierto es que la última subida tiene tres partes bien diferenciadas: una primera tendida, una segunda de descanso y una tercera y final muy dura, que es la comentada por Prudhomme. La media, eso sí, resulta más que interesante: casi 14 kilómetros por encima del 7%. Hay terreno para que veamos un bonito duelo entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard por el amarillo y entre Carlos Rodríguez y los demás por el tercer peldaño del podio.
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