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Tadej Pogacar vuelve a romper las reglas clásicas del ciclismo para ganar el Mundial

El futbolista Alfredo di Stefano dejó para la historia un buen puñado de frases célebres. Una de las más destacadas fue el elogio hacia el colectivo: «Ningún jugador es tan bueno como todos juntos». Lo cierto es que Tadej Pogacar parece empeñado en refutar la idea del astro argentino-español con sus constantes exhibiciones en las que certifica que el solito es mejor que todos los demás juntos.
El esloveno Tadej Pogacar atacó a 104 kilómetros de la línea de meta. A su rueda saltó, valiente, Juan Ayuso. Y más tarde acabaría apareciendo Isaac del Toro. Tres hombres en cabeza, cien kilómetros por delante y en el horizonte el recorrido tradicional del Mundial de Ruanda. Atacó Del Toro y reventó Ayuso para convertir el trío en una pareja, pero a partir de ahí ya no había más carrera. El mexicano se hundió poco después dejando la duda de si había corrido pensando en sus opciones o en las de Pogacar. En el fondo, da lo mismo, puesto que el esloveno no necesita de nada ni de nadie para ganar.
Por segundo año consecutivo, Pogacar rodó en solitario durante más de dos horas mientras ninguno de sus rivales era capaz de recortar ni un solo segundo. Mención especial para un Remco Evenepoel que vivió de todo: desde averías hasta no tener las piernas necesarias para seguir a Tadej, sin olvidar su posterior remontada hasta llegar a la cabeza de los perseguidores y marcharse en solitario en busca de una medalla de plata que le supo a muy poco.
Pogacar consiguió casi un minuto y medio de ventaja sobre Remco Evenepoel y más de dos minutos a Ben Healy, medalla de bronce. Juan Ayuso fue octavo, a 6-47, en un Mundial en el que el décimo corredor, Tom Pidcock, cedió más de… ¡nueve minutos!
FOTO: @UCI_cycling
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