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París-Roubaix: Mathieu van der Poel engrandece su leyenda en el infierno del norte

El neerlandés Matthieu van der Poel sigue haciendo grande su leyenda, puesto que tenemos que empezar a utilizar ese tipo de palabra a la hora de definir al jefe de filas de Alpecin, ganador esta misma temporada de la Milán-San Remo y segundo en el Tour de Flandes antes de firmar una brillante victoria en la París-Roubaix.

Matthieu van der Poel ha disputado tres Monumentos en 2023 y ha acumulado dos victorias y un segundo puesto. No hay mucho más que decir para intentar explicar la grandeza del ciclista de Alpecin. Pero sí que se puede y debe explicar mucho sobre el desarrollo de una París-Roubaix marcada por la alta velocidad.

En esta edición de 2023, las malas condiciones meteorológicas no aparecieron. Pero sí la mala fortuna. Por ejemplo, Jumbo-Visma vio a Dylan van Baarle irse al suelo y a Christophe Laporte sufrir un pinchazo en un momento muy inoportuno. Esa situación dejó en cabeza a Wout van Aert sin apoyo de ningún compañero de equipo. En cambio, Matthieu van der Poel se encontraba muy bien arropado. Y además volvió a hacer elogio de su ambición. El líder de Alpecin además tuvo a la diosa fortuna de su lado: después de una polémica maniobra, esquivó la caída, justo lo contrario de un John Degenkolb que parecía estar volviendo a ofrecer su mejor versión y que acabaría con sus huesos en el suelo. Y cuando atacó, Van Aert resistió a su rueda… hasta que un pinchazo le paró los pies.

Contador así, pueda parecer que Matthieu van der Poel ganó por circunstancias de carreras. Nada más lejos de la realidad. Matthieu fue el más fuerte en todo momento y el más ambicioso también. Atacó y atacó. Y finalmente se fue en solitario pero además con un colchón de seguridad por detrás: Jasper Philipsen, quien hizo de freno a sus rivales y remató con la segunda posición al batir en el sprint final a Wout van Aert.

FOTO: @parisroubaix

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