Después de una jornada relativamente tranquila en este estreno pirenaico, Nairo Quintana sabe que quedan sólo dos días de montaña. Especialmente el de mañana, último final en alto de la carrera en Saint-Lary Soulan, en una jornada de sólo 65 kilómetros.
El colombiano, octavo a 4’29» de Geraint Thomas y a casi tres minutos del podio, necesita recuperar terreno sí o sí. En cualquier caso, las sensaciones son mejores que en días anteriores: «Tuve buenas sensaciones después del día de descanso, pero viendo el ritmo al que Sky subía el Portillon y que nadie se soltaba del grupo, era mejor guardarlo todo para mañana«, argumenta.
Precisamente esa es la esperanza blanca de Quintana: «Confío en tener un grandioso día, salir como un león y hacer todo lo que queríamos hacer. Habrá que intentar estar muy activos desde la salida; será una etapa sin descanso», vaticina.
Sobre la salida en parrilla, sistema del que se duda que vaya a tener un efecto de calado, Quintana cree que sí puede proporcionarles alguna ventaja: «Nosotros salimos por delante y mientras otros equipos tendrán que organizarse, corredores como nosotros tenemos que intentar aprovechar y empezar a tope”.