El Mundial de Bergen 2017 tuvo un indudable impacto visual y de promoción para la ciudad y el resto de Noruega. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Pocos días después de finalizar el evento, varios medios de comunicación internacionales informaron de los problemas financieros derivados del campeonato. Un coste “ampliamente superior” al inicialmente presupuestado que, por tanto, se iba a reflejar en pérdidas. Ya el pasado mes de septiembre, la mánager Helge Stormoen confirmó al portal Cyclingnews que las cuentas iban a acabar “en rojo”.
Ayer la Unión Ciclista Internacional (UCI), la Federación Noruega de Ciclismo y el comité de Bergen 2017 publicaron un comunicado conjunto en el que quitaban hierro al agujero económico que ha dejado el Mundial. En primer lugar, el texto sacaba pecho por la organización del evento y los tres órganos mostraban su “máxima satisfacción” por cómo habían salido las cosas en la cita.
Entre las causas principales del agujero económico, siempre según las tres instituciones implicadas en la organización del acontecimiento, se sitúan factores económicos y de seguridad externos: la depreciación de la corona noruega frente al euro a partir de 2014, el entorno cada vez más complicado de seguridad por la proliferación de atentados terroristas y el incremento, para cubrirlo, de recursos públicos.
Sagan, Kristoff, Matthews, el podio. Foto: UCI / Simon Wilkinson/SWpix.com
La valoración y cuantificación todavía sigue en curso, especialmente en lo que se refiere a algunos servicios externalizados “de los que dependerá la situación final de Bergen 2017”, explican las instituciones, que aseguran estar “trabajando para minimizar las eventuales pérdidas” que se haya podido ocasionar a los inversores.
Después de alabar el impacto conseguido en materia de visualización y cifrar la satisfacción de los asistentes al evento en un 97% según un estudio independiente –el comunicado no cita la fuente que lo ha realizado-, afirman que las informaciones relacionadas con los problemas económicos que ha dejado el Mundial han “confundido a los acreedores”.
Bergen 2017 entrará en la historia del ciclismo al ser la primera vez que un corredor consigue por tres ocasiones consecutivas el maillot arcoíris. Un logro que materializó Peter Sagan, que ya alzó los brazos también en Doha 2016 y Richmond 2015. Precisamente el antecesor, Ponferrada 2014, ha sido objeto de polémicas en España por las pérdidas económicas. Una historia que parece estar repitiéndose en Noruega, a falta del balance final.
