Ausente desde 2015, cuando se anotó un brillante triunfo parcial en Cortals d’Encamp y logró su mejor registro (25º) en la general, Mikel Landa retorna a La Vuelta con “muchas ganas, hay que compensar la falta de forma con ganas y un equipo súper potente como el que traemos”, con Poels, Caruso, Padun, Haig o Mäder a su servicio.
Reconoce el de Murgia que no llega «al cien por cien, eso es evidente, pero espero estarlo durante la Vuelta y confío en no perder tiempo al principio para poder estar en la pelea cuando lo esté”, ya que tiene un objetivo claro, que es “volver a estar podio de una Grande. En estos años he estado muy cerca en el Tour y en el Giro, pero a veces me ha faltado un poco de suerte o forma”.
Unos reveses que le han servido para “aprender a tener un poco de paciencia; el ciclismo no es solo ganar, también cuenta la actitud, y hay que seguir peleando por tus sueños o tus objetivos”, argumentó el alavés de Bahrain-Victorious, muy vinculado a Burgos: “Es una ciudad a la que le tengo mucho cariño y es como empezar en casa, estoy muy motivado”.
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