El propietario de la empresa Ineos, Jim Ratcliffe, se ha propuesto consolidar un imperio en el mundo del deporte. En el ciclismo nadie duda del potencial de su escuadra WorldTeam. Además, su empresa es patrocinadora y propietaria de otras muchas actividades, clubes y deportistas en vela, Fórmula 1 o atletismo e incluso en fútbol. Pero ahora ha puesto su índice apuntando a un «animal» de caza mayor: el Chelsea.
Jim Ratcliffe es una de las mayores fortunas del mundo. Con la empresa petroquímica Ineos ha conseguido amasar miles de millones de euros de patrimonio. Además, en los últimos años ha conseguido una mayor notoriedad pública gracias al patrocinio en el deporte, con especial relevancia tras su entrada como salvador del equipo de ciclismo Sky.
En el fútbol, Ratcliffe ya tiene un equipo en la primera división, aunque hablamos de la liga francesa y el conjunto es el Niza. Ahora, Ratcliffe tiene un objetivo mucho más ambicioso: comprar el Chelsea. Este conjunto es propiedad de Roman Abramovich, uno de los empresarios rusos que se está viendo más perjudicado por culpa de la invasión protagonizada por Rusia en territorio de Ucrania. Este equipo ganó la Champions (antigua Copa de Europa) en 2020-2021 y es uno de los más grandes en Europa.
El problema es que Abramovich no puede recibir el dinero de la compra-venta, puesto que todos sus activos están congelados. Por eso están llegando diferentes ofertas de diferentes empresarios, aunque el destino del dinero irá a causas bien diferentes que los bolsillos del ruso. En el caso de Ratcliffe, el empresario está dispuesto a invertir un tercio de su patrimonio en el equipo de fútbol garantizando que el 60% irá destinado a ayudar a las víctimas de la guerra y el otro 40% se destinará a un ambicioso plan de inversión directa en el club: unos 2.000 millones de euros en 10 años. Ratcliffe ha puesto sobre la mesa la oferta más generosa y un lema contundente: es una oferta británica para un club británico. De ese modo jugará la baza «política y geoestratégica» en un momento interesante, puesto que hay muchos empresarios estadounidenses queriendo invertir en la liga de fútbol inglesa.