Ion Izagirre afronta ya la parte final de su primer bloque competitivo. Piensa a medio plazo en el Tour pero lo inmediato son las Ardenas. Y en concreto la última que falta: Lieja, el cuarto Monumento de la temporada. Bahrain-Merida ha echado el resto en las carreras de cotas y alinea un bloque potentísimo encabezado por Nibali en el que también están tanto Ion como su hermano Gorka o Enrico Gasparotto. Uno de esos equipos que meten miedo.
«Tenemos un buen bloque y podemos jugar nuestras cartas«, argumenta Izagirre en una entrevista concedida a Marca donde desgrana tanto el previo de la Decana como el inicio de año: «Somos muchos con opciones de estar delante, luego la carrera nos pondrá en nuestro sitio. Esperemos que salga bien», comenta.
En cuanto al inicio del año, destacan el podio en Itzulia y la cuarta posición en la París-Niza. Sobre la ronda vasca lamenta haber perdido «demasiado tiempo el primer día», aunque poco a poco sus sensaciones fueron mejorando: «Me iba encontrando cada día mejor y pude darle la vuelta». Ya van dos temporadas seguidas subiendo al cajón como tercero.
Izagirre, tirando de Landa y Roglic. Foto: Bettiniphoto
Además, afirma que ya no tiene dudas sobre su recuperación tras la caída en el pasado Tour. Todo está en orden y ya en el Down Under se le espantaron los fantasmas: «Está olvidada. Desde hace tiempo no he tenido dolor ni problemas de ningún tipo», asegura.
Tras Lieja, el corredor vasco se centrará en el Tour de Romandía -subió al podio como tercero en 2016 y ganó el prólogo-, aunque afirma que se le puede hacer «largo para el cuerpo y la cabeza» después de haber afrontado un bloque muy denso de competición. Eso sí, se compromete como siempre a «darlo todo una vez en carrera». Después descansará para centrarse ya en el Tour y ver qué calendario hace. Concentrarse en altura, Tour de Suiza y Campeonatos de España están sobre la mesa a la espera de conversación con los técnicos. Pero antes, a por la Decana.