El terremoto de una posible fusión entre Soudal Quick-Step y Jumbo-Visma sigue generando noticias. Pero también críticas. Y cuidado porque las más duras comienzan a surgir del interior del equipo que va camino de ser comprado y descuartizado: Soudal Quick-Step. El ciclista Ilan van Wilder, ganador en los Tres Valles Varesinos, no ha mordido la lengua.
Los mecánicos, los masajistas, los directores… y, por supuesto, los ciclistas de Soudal Quick-Step están viviendo semanas muy difíciles por la incertidumbre generada alrededor de sus puestos de trabajo. Ilan van Wilder comentó en línea de meta: «Han sido semanas difíciles para nosotros. Esta victoria es para nuestro personal y mis compañeros de equipo, para demostrar que no estamos de acuerdo con toda esta mierda, y queremos continuar Soudal-QuickStep. Somos lo suficientemente fuertes y espero que sea así».
El aviso es contundente y pone en la picota a dos empresas: Soudal y Quick-Step. También genera sombras sobre Patrick Lefevere. Todos ellos firmaron contratos legalmente válidos para patrocinar un equipo y para contratar a unos trabajadores. Ahora parecen dispuestos a irse a Jumbo-Visma. Pero en esa transición sólo parece haber sitio para seis ciclistas. Y eso va a generar dolor… y posiblemente demandas.
El problema para la fusión es que la UCI ha amenazado a los dos equipos envueltos en la fusión. Un problema grave para ellos es el aval bancario. No hay que olvidar que figuran los nombres de Soudal y Quick-Step y, lógicamente, podría ser bloqueado en estas circunstancias si los afectados solicitan la ejecución. Pero es que además muchosde los trabajadores tienen argumentos para acudir a los tribunales y exigir a la empresa de Bakala y Lefevere el contrato entero… puesto que no hay motivos de quiebra económica del proyecto.